por jimo 16th Diciembre 2010, 15:42Las investigaciones que se han realizado indican que los registros más antiguos que se tienen sobre el beso datan del año 2,500 antes de Cristo, al aparecer esculpido en las paredes de los templos de Khajuraho en la India.
Quienes trabajan en el campo de la ciencia del besar, es decir la filematología, y están empezando a comprender la bioquímica de los besos, informan haber encontrado conexiones entre el acto de besar y las hormonas que afectan al aparejamiento, al menos así lo indicaron los investigadores en su reunión anual de la Asociación Americana de Ciencias Avanzadas. Y, por supuesto, estas hormonas son una de las claves para nuestro éxito reproductivo, de manera que existe una conexión con la evolución y el traspaso de nuestros genes a la siguiente generación.
"Hay evidencia de que la saliva contiene testosterona", lo ha manifestado la antropóloga Helen Fisher de la Universidad de Rutgers al referirse a esta hormona que incrementa el deseo sexual y ha añadido además que existe evidencia de que los hombres gustan más de los besos húmedos que se realizan con la boca abierta. "Esto sugeriría que ellos inconscientemente están tratando de transferir la testosterona para estimular el deseo sexual en las mujeres", señala y manifiesta que posiblemente los hombres pudieran también estar usando la transferencia de la saliva para evaluar la fertilidad y el ciclo del estrógeno en las féminas, pero se cuidan de no desencantarlas evitando besos que pudieran considerarse antihigiénicos.
Más del 90 por ciento de las sociedades humanas intercambian besos, según Fisher y el comportamiento es rampante entre los chimpancés pigmeos y los bonobús, algunos de nuestros ancestrales primates. Los zorros se lamen unos a otros las caras, los pájaros topetean sus picos, los elefantes colocan sus trompas en la boca de las posibles parejas. El propio Charles Darwin consideraba que besarse es un instinto natural.
Fisher dice, asimismo, que un estudio descubrió que un 66 por ciento de mujeres y un 59 por ciento de hombres consideraban que la calidad del primer beso puede matar una relación, puesto que besar es una forma de evaluar a nuestras parejas potenciales, pero esto es solamente la ‘punta del iceberg'. "Vamos a descubrir que toda clase de sistemas químicos de los que no conocemos nada, se ponen en juego durante el cortejo amoroso", fue la conclusión a la que llegó la antropóloga.
Las hormonas del estrés y de la unión de una pareja
La psicóloga Wendy Hill, de la Universidad de Lafayette en Pennsylvania, es muy reconocida por su gran conocimiento de las consecuencias que producen los sistemas químicos. En un estudio realizado en el 2007, Hill y su equipo descubrieron algunas diferencias interesantes entre los niveles de hormonas de las parejas universitarias (hombres-mujeres) que se habían besado y aquellas que tan solo se habían tomado de las manos y escuchado música durante 15 minutos en una sala del centro de salud estudiantil. Los participantes fueron evaluados de acuerdo con sus niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, y de oxitocina, la hormona de la conexión que está enlazada con el reconocimiento social, el orgasmo masculino y femenino y el alumbramiento.
Los niveles de cortisol (estrés) disminuyeron en los hombres y mujeres luego de besarse, pero los niveles de oxitocina solamente se incrementaron en el caso de los hombres, mientras que decrecieron en el caso de las mujeres.
Hill pensó que quizás el sitio en el que se realizó la investigación fue demasiado clínico en apariencia como para que las mujeres pudieran llegar a la excitación, de manera que ella trató de cambiar esto en su último estudio mediante una mejora del ambiente al colocar a las parejas en un habitación alejada del edificio académico y en la que se acomodaron un sofá, floreros hermosos, música de jazz y velas eléctricas. En esta ocasión, los niveles de cortisol se elevaron luego del beso tanto en los hombres como en las mujeres.
Los orígenes nutricionales
Algunos antropólogos creen que el acto de besar se originó como una manera de que las madres pudieran transferir los alimentos premasticados a sus hijos. En algunas sociedades no occidentales, el acto de premasticar es todavía común. Esta práctica pudo haber llevado a que se produjera el beso romántico entre los adultos. Otros teorizan sobre a posibilidad de que el beso se haya iniciado como un gesto de fusión o unción de las almas.
Donald Lateiner, un profesor de historia y de la época del clasicismo de la Universidad Ohio Wesleyan, ha realizado investigaciones sobre quién besó a quién y por qué y cuándo, en las antiguas tierras de Atenas, Roma y sus alrededores. En su trabajo, él buscó las descripciones de besos románticos, familiares y sociales en la poesía y la prosa, en el arte público y privado, incluyendo pinturas en vasijas, esculturas y marcos de espejos.
El acto de besarse es relativamente poco frecuente en la representación del arte de las antiguas culturas griegas y romanas, según Lateiner. "Sin embargo, esto no significa que no haya existido una amplia práctica sexual en tales etapas, pero no hay muchos besos representados, lo cual es una gran diferencia", señala Lateiner.
Besarse en la antigüedad servía más a menudo como una forma de relacionarse socialmente dentro de las jerarquías y no con propósitos eróticos, si se juzga por las fuentes limitadas, dañadas y desviadas que se han encontrado.
El llamado "besamanos" o besar para demostrar deferencia a alguien considerado socialmente superior, fue muy común en el cercano Oriente y se volvió nuevamente común durante el Imperio Romano, según observación de Lateiner.
"También he descubierto que hubo una escalada de la manifestación de los ósculos durante el primer siglo de la era cristiana y, asimismo, una epidemia de besos que pudo haber sido la denominada ‘mentagra', una inflamación de los folículos capilares, generalmente en la barba", señala el investigador.
Beso, peso y salud
Los efectos que tiene un beso sobre la salud también compete a la filematología, puesto que se ha demostrado que nos ayuda a estar sanos y a bajar de peso: con cada beso que demos quemamos hasta 26 calorías, fortalecemos nuestro sistema inmunológico y se acelera nuestro pulso. En otras palabras el beso prolonga la vida de quien lo practica continuamente.
Quienes trabajan en el campo de la ciencia del besar, es decir la filematología, y están empezando a comprender la bioquímica de los besos, informan haber encontrado conexiones entre el acto de besar y las hormonas que afectan al aparejamiento, al menos así lo indicaron los investigadores en su reunión anual de la Asociación Americana de Ciencias Avanzadas. Y, por supuesto, estas hormonas son una de las claves para nuestro éxito reproductivo, de manera que existe una conexión con la evolución y el traspaso de nuestros genes a la siguiente generación.
"Hay evidencia de que la saliva contiene testosterona", lo ha manifestado la antropóloga Helen Fisher de la Universidad de Rutgers al referirse a esta hormona que incrementa el deseo sexual y ha añadido además que existe evidencia de que los hombres gustan más de los besos húmedos que se realizan con la boca abierta. "Esto sugeriría que ellos inconscientemente están tratando de transferir la testosterona para estimular el deseo sexual en las mujeres", señala y manifiesta que posiblemente los hombres pudieran también estar usando la transferencia de la saliva para evaluar la fertilidad y el ciclo del estrógeno en las féminas, pero se cuidan de no desencantarlas evitando besos que pudieran considerarse antihigiénicos.
Más del 90 por ciento de las sociedades humanas intercambian besos, según Fisher y el comportamiento es rampante entre los chimpancés pigmeos y los bonobús, algunos de nuestros ancestrales primates. Los zorros se lamen unos a otros las caras, los pájaros topetean sus picos, los elefantes colocan sus trompas en la boca de las posibles parejas. El propio Charles Darwin consideraba que besarse es un instinto natural.
Fisher dice, asimismo, que un estudio descubrió que un 66 por ciento de mujeres y un 59 por ciento de hombres consideraban que la calidad del primer beso puede matar una relación, puesto que besar es una forma de evaluar a nuestras parejas potenciales, pero esto es solamente la ‘punta del iceberg'. "Vamos a descubrir que toda clase de sistemas químicos de los que no conocemos nada, se ponen en juego durante el cortejo amoroso", fue la conclusión a la que llegó la antropóloga.
Las hormonas del estrés y de la unión de una pareja
La psicóloga Wendy Hill, de la Universidad de Lafayette en Pennsylvania, es muy reconocida por su gran conocimiento de las consecuencias que producen los sistemas químicos. En un estudio realizado en el 2007, Hill y su equipo descubrieron algunas diferencias interesantes entre los niveles de hormonas de las parejas universitarias (hombres-mujeres) que se habían besado y aquellas que tan solo se habían tomado de las manos y escuchado música durante 15 minutos en una sala del centro de salud estudiantil. Los participantes fueron evaluados de acuerdo con sus niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, y de oxitocina, la hormona de la conexión que está enlazada con el reconocimiento social, el orgasmo masculino y femenino y el alumbramiento.
Los niveles de cortisol (estrés) disminuyeron en los hombres y mujeres luego de besarse, pero los niveles de oxitocina solamente se incrementaron en el caso de los hombres, mientras que decrecieron en el caso de las mujeres.
Hill pensó que quizás el sitio en el que se realizó la investigación fue demasiado clínico en apariencia como para que las mujeres pudieran llegar a la excitación, de manera que ella trató de cambiar esto en su último estudio mediante una mejora del ambiente al colocar a las parejas en un habitación alejada del edificio académico y en la que se acomodaron un sofá, floreros hermosos, música de jazz y velas eléctricas. En esta ocasión, los niveles de cortisol se elevaron luego del beso tanto en los hombres como en las mujeres.
Los orígenes nutricionales
Algunos antropólogos creen que el acto de besar se originó como una manera de que las madres pudieran transferir los alimentos premasticados a sus hijos. En algunas sociedades no occidentales, el acto de premasticar es todavía común. Esta práctica pudo haber llevado a que se produjera el beso romántico entre los adultos. Otros teorizan sobre a posibilidad de que el beso se haya iniciado como un gesto de fusión o unción de las almas.
Donald Lateiner, un profesor de historia y de la época del clasicismo de la Universidad Ohio Wesleyan, ha realizado investigaciones sobre quién besó a quién y por qué y cuándo, en las antiguas tierras de Atenas, Roma y sus alrededores. En su trabajo, él buscó las descripciones de besos románticos, familiares y sociales en la poesía y la prosa, en el arte público y privado, incluyendo pinturas en vasijas, esculturas y marcos de espejos.
El acto de besarse es relativamente poco frecuente en la representación del arte de las antiguas culturas griegas y romanas, según Lateiner. "Sin embargo, esto no significa que no haya existido una amplia práctica sexual en tales etapas, pero no hay muchos besos representados, lo cual es una gran diferencia", señala Lateiner.
Besarse en la antigüedad servía más a menudo como una forma de relacionarse socialmente dentro de las jerarquías y no con propósitos eróticos, si se juzga por las fuentes limitadas, dañadas y desviadas que se han encontrado.
El llamado "besamanos" o besar para demostrar deferencia a alguien considerado socialmente superior, fue muy común en el cercano Oriente y se volvió nuevamente común durante el Imperio Romano, según observación de Lateiner.
"También he descubierto que hubo una escalada de la manifestación de los ósculos durante el primer siglo de la era cristiana y, asimismo, una epidemia de besos que pudo haber sido la denominada ‘mentagra', una inflamación de los folículos capilares, generalmente en la barba", señala el investigador.
Beso, peso y salud
Los efectos que tiene un beso sobre la salud también compete a la filematología, puesto que se ha demostrado que nos ayuda a estar sanos y a bajar de peso: con cada beso que demos quemamos hasta 26 calorías, fortalecemos nuestro sistema inmunológico y se acelera nuestro pulso. En otras palabras el beso prolonga la vida de quien lo practica continuamente.
