Su hermana y su padre fueron asesinados en las violentas masacres tras la partición. Su madre se suicidó por el dolor. Hace 3 años, gracias a la tecnología, ambos hermanos se pusieron en contacto.
Lágrimas de alegría corrían por su rostro arrugado cuando el indio Sika Khan se encontró con su hermano mayor pakistaní Sadiq por primera vez desde la trágica partición de ambos países en 1947. Sika tenía apenas 6 meses cuando él y su hermano, de 10 años por entonces, quedaron separados por la división británica del subcontinente al terminar su poder colonial.
Este año se conmemora el 75 aniversario de esa partición, durante la que probablemente más de un millón de personas murieron por la violencia sectaria y familias enteras quedaron despedazadas por la emergencia de dos nuevas naciones: India y Pakistán.
El padre y la hermana de Sika fueron asesinados en masacres colectivas, pero Sadiq consiguió escapar a Pakistán. “Mi madre no pudo soportar el trauma: saltó a un río y se suicidó”, explica Sika desde su humilde casa de ladrillos en Bhatinda, un distrito del estado occidental indio de Punjab que fue epicentro de esa violencia.
“Quedé a merced de los aldeanos y de algunos familiares que me criaron”, dice este hombre sij, que trabaja como peón de construcción.
Desde niño, Sika anhelaba saber algo de su hermano, el único miembro de su familia que sobrevivió. Pero no encontraba pistas, hasta que un doctor en el barrio le ofreció ayuda hace tres años. Después de numerosas llamadas y la asistencia de un youtuber pakistaní, Nasir Dhillon, Sika pudo dar con Sadiq.
Sika y Sadiq Khan pudieron contactarse y reencontrarse en el corredor libre de visado Kartarpur, entre India y Pakistán. Foto: AFP
Los hermanos se reencontraron finalmente en el corredor Kartarpur, un raro cruce libre de visado que permite a los peregrinos sij de India visitar un templo en Pakistán. El corredor, que abrió en 2019, se ha convertido en símbolo de unidad y reconciliación para las familias separadas por la partición, a pesar de la persistente hostilidad entre ambas naciones.
Yo soy de India y él de Pakistán, pero tenemos tanto amor uno por el otro”, dice Sika, aferrado a una fotografía enmarcada y descolorida de la familia separada. “Nos abrazamos y lloramos mucho cuando nos vimos por primera vez. Los países pueden seguir luchando. No nos preocupa la política entre India y Pakistán”, añade.
El legado de la partición ha llegado a la actualidad en forma de una amarga rivalidad entre los dos vecinos con capacidad nuclear a pesar de sus vínculos culturales y lingüísticos.
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Lágrimas de alegría corrían por su rostro arrugado cuando el indio Sika Khan se encontró con su hermano mayor pakistaní Sadiq por primera vez desde la trágica partición de ambos países en 1947. Sika tenía apenas 6 meses cuando él y su hermano, de 10 años por entonces, quedaron separados por la división británica del subcontinente al terminar su poder colonial.
Este año se conmemora el 75 aniversario de esa partición, durante la que probablemente más de un millón de personas murieron por la violencia sectaria y familias enteras quedaron despedazadas por la emergencia de dos nuevas naciones: India y Pakistán.
El padre y la hermana de Sika fueron asesinados en masacres colectivas, pero Sadiq consiguió escapar a Pakistán. “Mi madre no pudo soportar el trauma: saltó a un río y se suicidó”, explica Sika desde su humilde casa de ladrillos en Bhatinda, un distrito del estado occidental indio de Punjab que fue epicentro de esa violencia.
“Quedé a merced de los aldeanos y de algunos familiares que me criaron”, dice este hombre sij, que trabaja como peón de construcción.
Desde niño, Sika anhelaba saber algo de su hermano, el único miembro de su familia que sobrevivió. Pero no encontraba pistas, hasta que un doctor en el barrio le ofreció ayuda hace tres años. Después de numerosas llamadas y la asistencia de un youtuber pakistaní, Nasir Dhillon, Sika pudo dar con Sadiq.
Sika y Sadiq Khan pudieron contactarse y reencontrarse en el corredor libre de visado Kartarpur, entre India y Pakistán. Foto: AFP
Los hermanos se reencontraron finalmente en el corredor Kartarpur, un raro cruce libre de visado que permite a los peregrinos sij de India visitar un templo en Pakistán. El corredor, que abrió en 2019, se ha convertido en símbolo de unidad y reconciliación para las familias separadas por la partición, a pesar de la persistente hostilidad entre ambas naciones.
Yo soy de India y él de Pakistán, pero tenemos tanto amor uno por el otro”, dice Sika, aferrado a una fotografía enmarcada y descolorida de la familia separada. “Nos abrazamos y lloramos mucho cuando nos vimos por primera vez. Los países pueden seguir luchando. No nos preocupa la política entre India y Pakistán”, añade.
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