Un total de 26 personas murieron el domingo luego que un comando armado trató de robar el banco central de Irak, enfrentándose con las fuerzas de seguridad tras una serie de explosiones aparentemente relacionadas en una zona cercana, informó el ejército iraquí.
Un importante funcionario de seguridad dijo que los reportes iniciales indicaban que los atacantes no pudieron robar nada de las bóvedas del banco.
El enfrentamiento comenzó con una serie de bombas que explotaron en cuestión de 10 minutos en un mercado cerca del banco central, cuando los empleados salían de trabajar, dijo la policía.
Las explosiones, que crearon una columna de humo sobre el centro de la ciudad, ocurrieron un día antes de que el parlamento iraquí retome sus actividades a más de tres meses de las elecciones de marzo, que no llegaron a un resultado definitivo.
La violencia subraya los temores de que los insurgentes tratarán de sacar provecho del estancamiento político para realizar más ataques.
Los robos violentos que tienen algunos de los rasgos distintivos de los ataques por motivaciones políticas han ido en aumento en Irak, donde se ha recrudecido la violencia entre las sectas. Las autoridades iraquíes las relacionan a grupos milicianos que se han quedado sin dinero y están desesperados por obtener fondos para sus operaciones.
El general de división Qassim al-Musaui dijo que este fue un ataque muy bien planeado y coordinado, además de que tiene los rasgos de al-Qaida en Irak.
La primera bomba explotó al ras de una calle, cerca de un generador eléctrico, dijo. Los insurgentes tenían puestos uniformes militares y trataron de entrar al banco por dos entradas mientras disparaban a los guardias, dijo al-Musaui a una televisora iraquí estatal en una entrevista.
Fue entonces cuando las fuerzas de seguridad iraquíes atacaron el edificio, lo que llevó a que algunos de los milicianos que llevaban chalecos suicidas detonaran su carga.
Al-Musaui dijo que al menos 15 personas murieron por las explosiones y los tiroteos, pero posteriormente la policía y funcionarios de hospitales colocaron la cifra en 26 muertos y más de 60 heridos.
Musaui pero insistió en que la situación está bajo control y dijo que los reportes iniciales decía que no se habían llevado dinero.
Un importante funcionario de seguridad dijo que los reportes iniciales indicaban que los atacantes no pudieron robar nada de las bóvedas del banco.
El enfrentamiento comenzó con una serie de bombas que explotaron en cuestión de 10 minutos en un mercado cerca del banco central, cuando los empleados salían de trabajar, dijo la policía.
Las explosiones, que crearon una columna de humo sobre el centro de la ciudad, ocurrieron un día antes de que el parlamento iraquí retome sus actividades a más de tres meses de las elecciones de marzo, que no llegaron a un resultado definitivo.
La violencia subraya los temores de que los insurgentes tratarán de sacar provecho del estancamiento político para realizar más ataques.
Los robos violentos que tienen algunos de los rasgos distintivos de los ataques por motivaciones políticas han ido en aumento en Irak, donde se ha recrudecido la violencia entre las sectas. Las autoridades iraquíes las relacionan a grupos milicianos que se han quedado sin dinero y están desesperados por obtener fondos para sus operaciones.
El general de división Qassim al-Musaui dijo que este fue un ataque muy bien planeado y coordinado, además de que tiene los rasgos de al-Qaida en Irak.
La primera bomba explotó al ras de una calle, cerca de un generador eléctrico, dijo. Los insurgentes tenían puestos uniformes militares y trataron de entrar al banco por dos entradas mientras disparaban a los guardias, dijo al-Musaui a una televisora iraquí estatal en una entrevista.
Fue entonces cuando las fuerzas de seguridad iraquíes atacaron el edificio, lo que llevó a que algunos de los milicianos que llevaban chalecos suicidas detonaran su carga.
Al-Musaui dijo que al menos 15 personas murieron por las explosiones y los tiroteos, pero posteriormente la policía y funcionarios de hospitales colocaron la cifra en 26 muertos y más de 60 heridos.
Musaui pero insistió en que la situación está bajo control y dijo que los reportes iniciales decía que no se habían llevado dinero.