Un crucero en el que viajaba una mujer que estuvo en contacto con la primera víctima mortal de ébola en Estados Unidos atracó hoy en Galveston (Texas) después de que las autoridades de Belice y México le denegaran el acceso a sus puertos. La pasajera ha permanecido aislada.
De este modo, el barco regresó al puerto de origen una semana después de su partida (el 12 de octubre) y después de que las pruebas de ébola realizadas a la trabajadora sanitaria y a su acompañante dieran un resultado negativo.
En un comunicado, las autoridades sanitarias del condado de Galveston afirmaron que "no existen pruebas de una amenaza para la salud pública de los pasajeros del crucero o del condado", por lo que "la pasajera y su acompañante han sido autorizados a desembarcar sin restricciones".
La pasajera, de la que no se difundió la identidad, es una técnica de laboratorio del Hospital Presbiteriano de Dallas que manipuló muestras de Thomas Eric Duncan, el ciudadano liberiano muerto el pasado 8 de octubre de ébola en ese centro.
Tras el contagio de dos de las enfermeras que atendieron a Duncan, Nina Pham y Amber Joy Vinson, las autoridades en Texas pusieron en alerta a los otros 75 trabajadores sanitarios que participaron en el caso, a los que prohibieron viajar y permanecer en lugares públicos.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el organismo encargado de la gestión del virus, detectó entonces que una de estas trabajadoras había abordado el crucero tras la muerte de Duncan e informó al Departamento de Estado, que emitió la alerta.
Tras conocerse esta información las autoridades de Belice y México negaron al barco el permiso para llegar a tierra.
Personal de la Guardia Costera de Estados Unidos recogió el sábado muestras de la trabajadora sanitaria y de su acompañante en el crucero y las trasladó al laboratorio de Austin (Texas) donde se examinan los casos de ébola, que concluyó un resultado negativo.
Según se informó, ambos estaban voluntariamente en cuarentena y aislados del resto de pasajeros.
En el crucero viajaban 4.633 personas, de los cuales 3.652 son turistas.EFE
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De este modo, el barco regresó al puerto de origen una semana después de su partida (el 12 de octubre) y después de que las pruebas de ébola realizadas a la trabajadora sanitaria y a su acompañante dieran un resultado negativo.
En un comunicado, las autoridades sanitarias del condado de Galveston afirmaron que "no existen pruebas de una amenaza para la salud pública de los pasajeros del crucero o del condado", por lo que "la pasajera y su acompañante han sido autorizados a desembarcar sin restricciones".
La pasajera, de la que no se difundió la identidad, es una técnica de laboratorio del Hospital Presbiteriano de Dallas que manipuló muestras de Thomas Eric Duncan, el ciudadano liberiano muerto el pasado 8 de octubre de ébola en ese centro.
Tras el contagio de dos de las enfermeras que atendieron a Duncan, Nina Pham y Amber Joy Vinson, las autoridades en Texas pusieron en alerta a los otros 75 trabajadores sanitarios que participaron en el caso, a los que prohibieron viajar y permanecer en lugares públicos.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el organismo encargado de la gestión del virus, detectó entonces que una de estas trabajadoras había abordado el crucero tras la muerte de Duncan e informó al Departamento de Estado, que emitió la alerta.
Tras conocerse esta información las autoridades de Belice y México negaron al barco el permiso para llegar a tierra.
Personal de la Guardia Costera de Estados Unidos recogió el sábado muestras de la trabajadora sanitaria y de su acompañante en el crucero y las trasladó al laboratorio de Austin (Texas) donde se examinan los casos de ébola, que concluyó un resultado negativo.
Según se informó, ambos estaban voluntariamente en cuarentena y aislados del resto de pasajeros.
En el crucero viajaban 4.633 personas, de los cuales 3.652 son turistas.EFE
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