Desde siempre se ha dicho que "el amor es ciego" y la frase ha sido usada por muchas personas que se han destacado en varios campos como el literario, el artístico, el musical... Las películas también lo han proclamado pero, ¿es cierto o es sólo otro mito sobre el amor que no nos permite conocer lo que ese sentimiento es en realidad y, por tanto, nos impide atraer al amor verdadero a nuestras vidas?
Según la doctora Lisa Love (interesante apellido para una especialista en temas de amor), esta afirmación de que el amor es ciego quizás se refiere al hecho de que quienes se enamoran están dispuestos a no mirar ciertas cosas que les perturban de esa persona a la que creen amar y prefieren, a consciencia, hacerse los ciegos. Lisa Love es una reconocida consejera de relaciones amorosas y autora de algunos libros, entre ellos ‘Atraer el verdadero amor: 4 pasos para conseguir el amor que se desea', ‘Éxito del alma: crear júbilo y prosperidad en los buenos y malos tiempos' y ‘Meditación: el camino hacia la paz'. Ella considera que otra de las razones por las que se habla de "amor ciego" es que muchos hombres y mujeres conscientemente prefieren no conocer cómo es en realidad la otra persona en sus vidas porque, posiblemente, ese conocimiento debilitaría su capacidad de seguir amando a esa persona.
¿Cuál sería entonces el verdadero mensaje?
Si bien es cierto pudiera ser saludable aprender a evadir ciertas cosas que se ven en una relación y que pudieran perturbar el balance de la misma, la pregunta sería: ¿Estamos en realidad tratando de no verlas o más bien las ponemos en perspectiva, lo cual significa que las vemos claramente pero decidimos que dentro del cuadro total de la relación amorosa no son ciertamente los puntos más importantes sobre los que debemos enfocarnos?
"Pero también pudiera ser que sí lo sean porque muy a menudo las personas no ponen atención a ciertos problemas de la relación, puesto que, a pesar de que aparentan ser mínimos tienen el poder de destruir incluso el más fuerte de los metales o los cimientos de cualquier relación. Siendo más enfáticos, ninguna relación amorosa puede mejorar si se ignoran ciertos problemas de manera tal que los cimientos sobre los que se asienta esa unión, gradualmente se vayan destruyendo", señala la doctora Love.
En realidad, esta forma poco acertada de dejar de lado la verdad y preferir mantener la venda sobre los ojos ha creado problemas para casi todas las personas. Es la razón principal por la que el amor a menudo termina de forma trágica. ¿A qué se debe esto? Pues a que en nombre del amor no se distinguen numerosas alertas rojas que, obviamente, llevarán a problemas serios más tarde. "En esto se incluyen patrones abusivos y adictivos, manejo irresponsable de la profesión y las finanzas, evasión obvia hacia los sentimientos y necesidades de otros, patrones de codependencia y más. En lugar de generar amor, esta obstinada evasión de los comportamientos negativos alimenta la falta del amor. ¿Qué requeriría en verdad el amor en estas situaciones? Honestamente hablando, requeriría de la valentía suficiente para mirar estos comportamientos problemáticos de manera seria y directa y de forma amorosa (hacia nosotros y los demás) e insistir en que deben ser enfrentados y resueltos", asevera la doctora Lisa Love.
Sin embargo, cuando de manera consciente ignoramos la realidad y nos cegamos frente a lo que nuestros seres amados hacen, esto no es verdadero amor. Es temor. Temor a descubrir la verdad, temor a no saber cómo manejar esa verdad si es que fuese revelada, temor a quedarnos solos si es que requerimos abandonar a la pareja porque se trata de una persona que nos hace daño con su comportamiento, temor a tener que confrontar nuestros propias características carentes de amor. En todos estos casos domina el temor, no el amor. Y, cuando existe temor el amor no puede estar presente, pues ambos miembros de la pareja no pueden simplemente cohabitar porque el amor es una de las fuerzas que sobrepasa al temor.
"Lo que entonces descubrimos es que el amor está muy lejos de ser ciego y que es muy consciente. Como lo digo frecuentemente en mi consultorio, el amor requiere de una visión de 20/20. Necesita además de una gran valentía para ver claramente y cuando vemos claramente, entonces requiere de la sabiduría para amar de la forma más inteligente y poderosa a quien llega a nuestras vidas. ¿Cómo sabemos si estamos amando de una manera inteligente y poderosa? La respuesta es simple. Tenemos que desarrollar dentro de nosotros mismos y de los demás la capacidad de amar. Esto, sin embargo, requiere de un conocimiento real de lo que significa el amor, algo que iremos aprendiendo mediante nuestro propio descubrimiento del verdadero amor. Así que pongamos de lado y de una vez por todas a ese mito del amor ciego, de manera tal que -finalmente- podamos invitar al verdadero amor a ser parte de nuestras vidas y a que ingrese en nuestro ser de forma total y consciente", manifiesta la experta.
Un interesante estudio sobre el polémico tema
Una investigación realizada por el University College de Londres y publicada por la revista NeuroImage, en mayo del 2004, sugiere que una vez que una persona estrecha relaciones con otra, reduce la capacidad de analizar su comportamiento y de evaluarlo correctamente, lo que condiciona la capacidad de construir relaciones afectivas sobre bases sólidas.
De ese análisis se sacó una conclusión que manifiesta que las personas que se enamoran o tienen hijos están sometidas a procesos emocionales y afectivos que limitan su capacidad de criticar el comportamiento de los seres queridos.
Según los autores de la investigación que fue conducida por Andreas Bartels, el amor romántico y el maternal son fundamentales para la perpetuación de la especie y el cerebro, en tales casos, es el árbitro de los mecanismos inhibitorios, necesarios para asegurar que las madres quieran a sus hijos en cualquier circunstancia y que los amantes perpetúen sus relaciones a pesar de cualquier defecto eventual de sus parejas. Esta investigación explica, además, el enorme poder del amor en la especie humana, capaz de desactivar incluso los aprendizajes relacionados con la evaluación social y las emociones negativas para, de esta manera, asegurar la estabilidad de las relaciones afectivas.