Bret Carr, hijo de una millonaria de Miami que dejó en herencia a sus tres perros una mansión valorada en $7 millones, presentó una demanda contra los ex empleados de su madre por presuntamente engañarla para cambiar el testamento, informaron hoy medios locales.
Gail Posner falleció a los 67 años en marzo pasado y en su testamento asignó $25 millones a sus ex empleados para que cuiden de Conchita, una perrita chihuahua, y otros dos caninos en su mansión de Miami Beach, informó el Canal 10.
El dinero debe utilizarse para que los perros sigan usando collares de reconocidas marcas, vayan a centros de belleza caninos y paseen en vehículos de lujo.
La mujer, además, les legó a los perros un fideicomiso por tres millones de dólares.
Una extravagancia que sorprendió a Bret Carr, el hijo de Posner, que vive en el estado de California y sólo heredó un millón de dólares.
Carr, según el canal, interpuso una demanda en un tribunal del condado de Miami-Dade (Florida) en la que afirma que el personal doméstico de su madre la engañaron y supuestamente la motivaron a modificar el testamento.
"Qué suerte tienen esos perros. Lo lamento por el hijo", declaró al mismo canal Carlos López, de profesión jardinero, que trabaja en la zona donde está la mansión de Posner.
Gail Posner falleció a los 67 años en marzo pasado y en su testamento asignó $25 millones a sus ex empleados para que cuiden de Conchita, una perrita chihuahua, y otros dos caninos en su mansión de Miami Beach, informó el Canal 10.
El dinero debe utilizarse para que los perros sigan usando collares de reconocidas marcas, vayan a centros de belleza caninos y paseen en vehículos de lujo.
La mujer, además, les legó a los perros un fideicomiso por tres millones de dólares.
Una extravagancia que sorprendió a Bret Carr, el hijo de Posner, que vive en el estado de California y sólo heredó un millón de dólares.
Carr, según el canal, interpuso una demanda en un tribunal del condado de Miami-Dade (Florida) en la que afirma que el personal doméstico de su madre la engañaron y supuestamente la motivaron a modificar el testamento.
"Qué suerte tienen esos perros. Lo lamento por el hijo", declaró al mismo canal Carlos López, de profesión jardinero, que trabaja en la zona donde está la mansión de Posner.