Los maltratadores de animales persiguen coaccionar a su propia familia avisando de lo que les puede ocurrir también a ellos si no ceden a sus abusos.
Ningún animal mata por placer, sino siempre para sobrevivir; en cambio, el humano es el único que quiebra esta "ley de la selva" que puede matar simplemente por placer, dejando atrás a la presa muerta. El sadomasoquista goza del sentimiento de poder. No manda el instinto de vida, sino el de muerte: el placer de ser mayor y más poderoso que el prójimo.
Según varios estudios realizados, la gran mayoría de los maltratadores de animales o personas comparten una historia común de castigo parental brutal, negligencia y rechazo. El psiquiatra, Dr. Alan Felthous, junto con otros colegas, ha identificado una tríada constituida por el abuso físico por parte de los padres, crueldad hacia los animales, y violencia hacia las personas.
En gran parte, los estudios basados en el abuso animal y criminología adulta, muestran que las primeras instancias de crueldad hacia los animales tienen lugar temprano en la vida del maltratador. Según la antropóloga, Margaret Mead (1964), "Una de las cosas más peligrosas que le pueden pasar a un niño es matar o torturar a un animal y salirse con la suya". Casi todos los niños jóvenes atraviesan una etapa de crueldad "inocente", en la cuál pueden lastimar insectos u otros animales pequeños en el proceso de explorar el mundo y descubrir sus habilidades. La mayoría de los niños, sin embargo, con la guía adecuada de los padres y maestros, se tornan sensibles al hecho de que los animales pueden sentir dolor y sufrir y por lo tanto hay que tratar de evitar causarles tal dolor. Algunos, sin embargo, parecen quedarse encerrados en un patrón de crueldad que puede perdurar toda la vida.
¿Para qué abusan o matan los maltratadores de animales?
Demostrar y confirmar su poder y control sobre la familia.
Para aislar la víctima y los niños.
Eliminar la competencia por la atención.
Obligar a la familia a mantener la violencia en secreto.
Enseñar sumisión.
Para vengarse de actos de independencia y auto-determinación.
Perpetuar el contexto de terror.
Prevenir que la víctima se vaya u obligarla a que vuelva.
Castigo por haberse ido.
Degradar a la víctima al involucrarla en el abuso.
¿Por qué debemos reconocer el maltrato animal como una forma de violencia contra humanos?
Abusar de animales expone el propósito deliberado de golpear más que la pérdida de control.
Abusar de animales y lastimar niños está íntimamente relacionado.
Abusar de animales es violencia e indica cómo la violencia está interconectada.
Amenazando, hiriendo o matando animales puede indicar un potencial aumentado para la violencia/letalidad.
Las víctimas pueden posponer irse al temer por la seguridad de su mascota.
Identificando abusadores de animales puede ayudar a identificar otras víctimas de violencia dentro de la familia.
Los siguientes datos fueron obtenidos por la HSUS, Sociedad Humanitaria de los Estados Unidos, a través de su campaña First Strike.
¿Existe una conexión entre maltrato animal y violencia humana?
Casi un cuarto de todos los casos de crueldad animal intencional también involucran alguna forma de violencia familiar. La violencia doméstica es la forma de violencia familiar más frecuentemente reportada, seguido por abuso de niños y de mayores.
21% de los casos de crueldad animal intencional también involucra alguna forma de violencia familiar.
13% involucra violencia doméstica. En estos casos, el perpetrador abusa de su pareja y obliga a la víctima a observar la crueldad hacia los animales.
7% involucra abuso a niños. En estos casos, el perpetrador abusa del niño y obliga a la víctima a observar la crueldad animal.
1% involucra abuso a mayores. En estos casos, el perpetrador abusa de la víctima mayor y la obliga a observar la crueldad animal.
¿Quiénes son las víctimas de los maltratadores de animales?
Animales de compañía son los blancos más comunes de maltrato animal, con datos de crueldad hacia los perros (76% de todos los casos de animales de compañía) mucho más frecuente que la crueldad registrada contra gatos (19%) Según un estudio, los datos obtenidos fueron los siguientes:
76% de los casos involucra animales de compañía.
12% de los casos involucra animales de granja.
7% de los casos involucra animales silvestres.
5% de los casos involucra múltiples tipos de animales.
¿Qué tipo de abuso se ejerce sobre los animales?
Más de 57% de los casos analizados fueron caracterizados como abuso intencional o tortura, 31% involucraba negligencia extrema incluyendo hambruna y falta de cuidados, y 12% comprendían tanto negligencia como abuso.
En casos de crueldad animal intencional, las ofensas más comunes incluyen balear, pegar, patear, acuchillar, tirar, quemar, ahogar, colgar, envenenar, abusar sexualmente y/o mutilar a los animales.
Conclusión
En base a lo descrito en este trabajo, queda claro que las mascotas juegan un importante rol en la vida de las personas. Lamentablemente, según lo investigado, la conexión que existe entre el abuso de los animales y la violencia humana, es un tema desconocido para muchos veterinarios aquí en la Argentina. Trabajos realizados que confrontan el problema a nivel de la medicina veterinaria son extranjeros.
La violencia familiar es un problema real y severo que existe en la sociedad. Nosotros, como veterinarios, aparte de cuidar y proteger la salud de los animales, también tenemos la responsabilidad de salvaguardar el bienestar tanto del animal como de la sociedad.
El juramento veterinario constata que se deben utilizar los conocimientos y las habilidades científicas para el beneficio de la sociedad a través de la protección de la salud animal, el aliviar el sufrimiento animal y promover la salud pública; practicar la profesión con dignidad y guiarse por los principios de la ética veterinaria. Éstos no solamente son los pilares de nuestro trabajo, sino que también debe ser la base de nuestra ética profesional y moral.
Como ciudadanos y profesionales debemos poder identificar este comportamiento, informar a los clientes, brindarles ayuda hasta donde nos permiten nuestros conocimientos y derivarlos a centros especializados.
Ningún animal mata por placer, sino siempre para sobrevivir; en cambio, el humano es el único que quiebra esta "ley de la selva" que puede matar simplemente por placer, dejando atrás a la presa muerta. El sadomasoquista goza del sentimiento de poder. No manda el instinto de vida, sino el de muerte: el placer de ser mayor y más poderoso que el prójimo.
Según varios estudios realizados, la gran mayoría de los maltratadores de animales o personas comparten una historia común de castigo parental brutal, negligencia y rechazo. El psiquiatra, Dr. Alan Felthous, junto con otros colegas, ha identificado una tríada constituida por el abuso físico por parte de los padres, crueldad hacia los animales, y violencia hacia las personas.
En gran parte, los estudios basados en el abuso animal y criminología adulta, muestran que las primeras instancias de crueldad hacia los animales tienen lugar temprano en la vida del maltratador. Según la antropóloga, Margaret Mead (1964), "Una de las cosas más peligrosas que le pueden pasar a un niño es matar o torturar a un animal y salirse con la suya". Casi todos los niños jóvenes atraviesan una etapa de crueldad "inocente", en la cuál pueden lastimar insectos u otros animales pequeños en el proceso de explorar el mundo y descubrir sus habilidades. La mayoría de los niños, sin embargo, con la guía adecuada de los padres y maestros, se tornan sensibles al hecho de que los animales pueden sentir dolor y sufrir y por lo tanto hay que tratar de evitar causarles tal dolor. Algunos, sin embargo, parecen quedarse encerrados en un patrón de crueldad que puede perdurar toda la vida.
¿Para qué abusan o matan los maltratadores de animales?
Demostrar y confirmar su poder y control sobre la familia.
Para aislar la víctima y los niños.
Eliminar la competencia por la atención.
Obligar a la familia a mantener la violencia en secreto.
Enseñar sumisión.
Para vengarse de actos de independencia y auto-determinación.
Perpetuar el contexto de terror.
Prevenir que la víctima se vaya u obligarla a que vuelva.
Castigo por haberse ido.
Degradar a la víctima al involucrarla en el abuso.
¿Por qué debemos reconocer el maltrato animal como una forma de violencia contra humanos?
Abusar de animales expone el propósito deliberado de golpear más que la pérdida de control.
Abusar de animales y lastimar niños está íntimamente relacionado.
Abusar de animales es violencia e indica cómo la violencia está interconectada.
Amenazando, hiriendo o matando animales puede indicar un potencial aumentado para la violencia/letalidad.
Las víctimas pueden posponer irse al temer por la seguridad de su mascota.
Identificando abusadores de animales puede ayudar a identificar otras víctimas de violencia dentro de la familia.
Los siguientes datos fueron obtenidos por la HSUS, Sociedad Humanitaria de los Estados Unidos, a través de su campaña First Strike.
¿Existe una conexión entre maltrato animal y violencia humana?
Casi un cuarto de todos los casos de crueldad animal intencional también involucran alguna forma de violencia familiar. La violencia doméstica es la forma de violencia familiar más frecuentemente reportada, seguido por abuso de niños y de mayores.
21% de los casos de crueldad animal intencional también involucra alguna forma de violencia familiar.
13% involucra violencia doméstica. En estos casos, el perpetrador abusa de su pareja y obliga a la víctima a observar la crueldad hacia los animales.
7% involucra abuso a niños. En estos casos, el perpetrador abusa del niño y obliga a la víctima a observar la crueldad animal.
1% involucra abuso a mayores. En estos casos, el perpetrador abusa de la víctima mayor y la obliga a observar la crueldad animal.
¿Quiénes son las víctimas de los maltratadores de animales?
Animales de compañía son los blancos más comunes de maltrato animal, con datos de crueldad hacia los perros (76% de todos los casos de animales de compañía) mucho más frecuente que la crueldad registrada contra gatos (19%) Según un estudio, los datos obtenidos fueron los siguientes:
76% de los casos involucra animales de compañía.
12% de los casos involucra animales de granja.
7% de los casos involucra animales silvestres.
5% de los casos involucra múltiples tipos de animales.
¿Qué tipo de abuso se ejerce sobre los animales?
Más de 57% de los casos analizados fueron caracterizados como abuso intencional o tortura, 31% involucraba negligencia extrema incluyendo hambruna y falta de cuidados, y 12% comprendían tanto negligencia como abuso.
En casos de crueldad animal intencional, las ofensas más comunes incluyen balear, pegar, patear, acuchillar, tirar, quemar, ahogar, colgar, envenenar, abusar sexualmente y/o mutilar a los animales.
Conclusión
En base a lo descrito en este trabajo, queda claro que las mascotas juegan un importante rol en la vida de las personas. Lamentablemente, según lo investigado, la conexión que existe entre el abuso de los animales y la violencia humana, es un tema desconocido para muchos veterinarios aquí en la Argentina. Trabajos realizados que confrontan el problema a nivel de la medicina veterinaria son extranjeros.
La violencia familiar es un problema real y severo que existe en la sociedad. Nosotros, como veterinarios, aparte de cuidar y proteger la salud de los animales, también tenemos la responsabilidad de salvaguardar el bienestar tanto del animal como de la sociedad.
El juramento veterinario constata que se deben utilizar los conocimientos y las habilidades científicas para el beneficio de la sociedad a través de la protección de la salud animal, el aliviar el sufrimiento animal y promover la salud pública; practicar la profesión con dignidad y guiarse por los principios de la ética veterinaria. Éstos no solamente son los pilares de nuestro trabajo, sino que también debe ser la base de nuestra ética profesional y moral.
Como ciudadanos y profesionales debemos poder identificar este comportamiento, informar a los clientes, brindarles ayuda hasta donde nos permiten nuestros conocimientos y derivarlos a centros especializados.