El pollo es un alimento sumamente saludable, pero deja de serlo cuando lo preparas frito. Si quieres seguir disfrutando de esta comida sin engordar, puedes hacer una versión mucho más saludable preparada en casa.
Dos piezas pequeñas de pollo crocante en los restaurantes de comida rápida aportan casi 500 calorías, sin contar las papas fritas y otros añadidos que suman calorías extras. Si quieres seguir disfrutando de esta comida sin engordar, puedes hacer una versión mucho más saludable preparada en casa.
Para no llegar a tu límite diario de calorías en una sola comida, no tener que salir de casa, ni usar una freidora, prueba el método que daremos a continuación para hacer el mejor pollo frito sin remordimientos.
Quitar la piel: lo que hace crocante al pollo no es la piel sino la cubierta de harina y especias que suele añadírsele por encima. Si retiras la piel, no perderás sabor pero sí 5 gramos de grasa extra. .
Marinar la carne: este paso es muy importante. Debes marinar el pollo en suero de leche, porque dicho alimento desarma la proteína de la carne haciéndola más tierna durante la cocción. Además, combinada con un toque de ajo o salsa picante dará un sabor increíble a tu receta. Mientras más tiempo dejes el pollo marinándose, más tierno resultará. Puedes hacerlo desde media hora.
Preparar una cubierta saludable: mezcla harina, semillas de sésamo y especias, integrados con aceite de oliva. Reparte la preparación en una capa fina sobre las piezas del pollo, que una vez en el horno, se transformarán en una deliciosa cubierta crocante.
Utilizar el aceite en aerosol: en vez de dejar que las piezas del pollo naden en una piscina de aceite caliente, rocíalas levemente con aceite en aerosol antes de cocinarlas. Este producto te permite aceitar la carne en la medida justa, sin sumar demasiadas calorías. Además es muy práctico porque no necesitas pincelar las piezas y el pollo no se adhiere a la sartén.
Colocar el pollo en el horno: precalienta el horno a temperatura alta para que la cubierta del pollo quede crujiente y se cocine más rápido. Si usas una sartén para freír, necesitarás utilizar grandes cantidades de aceite para que la carne quede crocante y estarás agregando muchas calorías. Otra ventaja del horno es que te permite cocinar muchas piezas al mismo tiempo y no por separado, como se hace en la sartén.
No te pierdas la sección especial de Recetario Informe21
Fuente: Cocina y VIno
[Solamente los administradores pueden ver este vínculo]
Dos piezas pequeñas de pollo crocante en los restaurantes de comida rápida aportan casi 500 calorías, sin contar las papas fritas y otros añadidos que suman calorías extras. Si quieres seguir disfrutando de esta comida sin engordar, puedes hacer una versión mucho más saludable preparada en casa.
Para no llegar a tu límite diario de calorías en una sola comida, no tener que salir de casa, ni usar una freidora, prueba el método que daremos a continuación para hacer el mejor pollo frito sin remordimientos.
Quitar la piel: lo que hace crocante al pollo no es la piel sino la cubierta de harina y especias que suele añadírsele por encima. Si retiras la piel, no perderás sabor pero sí 5 gramos de grasa extra. .
Marinar la carne: este paso es muy importante. Debes marinar el pollo en suero de leche, porque dicho alimento desarma la proteína de la carne haciéndola más tierna durante la cocción. Además, combinada con un toque de ajo o salsa picante dará un sabor increíble a tu receta. Mientras más tiempo dejes el pollo marinándose, más tierno resultará. Puedes hacerlo desde media hora.
Preparar una cubierta saludable: mezcla harina, semillas de sésamo y especias, integrados con aceite de oliva. Reparte la preparación en una capa fina sobre las piezas del pollo, que una vez en el horno, se transformarán en una deliciosa cubierta crocante.
Utilizar el aceite en aerosol: en vez de dejar que las piezas del pollo naden en una piscina de aceite caliente, rocíalas levemente con aceite en aerosol antes de cocinarlas. Este producto te permite aceitar la carne en la medida justa, sin sumar demasiadas calorías. Además es muy práctico porque no necesitas pincelar las piezas y el pollo no se adhiere a la sartén.
Colocar el pollo en el horno: precalienta el horno a temperatura alta para que la cubierta del pollo quede crujiente y se cocine más rápido. Si usas una sartén para freír, necesitarás utilizar grandes cantidades de aceite para que la carne quede crocante y estarás agregando muchas calorías. Otra ventaja del horno es que te permite cocinar muchas piezas al mismo tiempo y no por separado, como se hace en la sartén.
No te pierdas la sección especial de Recetario Informe21
Fuente: Cocina y VIno
[Solamente los administradores pueden ver este vínculo]