Las relaciones amorosas son de por sí complicadas, pero cuando el o la ex de tu pareja sigue enganchado emocionalmente y parece no querer soltarla, tu vida sentimental puede enredarse aún más... Por no decir que te la hacen de cuadritos.
Es, sin duda, el típico caso de cuando las relaciones pasadas de tu media naranja se convierten en un constante presente.
Él o ella utiliza todas las armas habidas y por haber para que no seas feliz con tu actual pareja: la llama a la menor provocación, le llena su cuenta de Facebook o Twitter con mensajitos sugerentes y -si tienen hijos en común- es de los o las que le dicen a último minuto que no pueden (o quieren) quedarse con los niños el fin de semana que había separado para irse de vacaciones contigo.
En fin, que con tantos problemas, situaciones agraviantes y malos ratos y tratos, pronto te percatas que las ex relaciones de tu amorcito no siempre son historias pasadas. A veces, incluso, llegas a pensar que quedan atadas al presente de por vida.
amenaza a la relación
Lidiar con este tipo de ex problemático(a) es un dolor de cabeza habitual para muchas parejas, quienes ven cómo su relación peligra a causa de esas personas del ayer que -a como dé lugar- quieren mantenerse vigentes.
Así lo establece la psicóloga clínica Myriam González, quien subraya que las ex parejas difíciles suelen acarrear una serie de problemas con la nueva pareja, como son los celos, la envidia, los reproches y mucho enojo. De ahí que, como señala la especialista, las peleas y discusiones eternas se conviertan en el pan nuestro de cada día, resintiendo cada vez más la relación.
“Los ex que no se desligan son un problema bastante común. Y yo diría que son una de las causas principales por las que las familias reconstruidas –que son las que se erigen después de un matrimonio previo– terminan precisamente en un divorcio porque se enfrascan en una lucha de poder”, advierte la Dra. González.
“Esto es una realidad lamentable porque la verdadera forma de manejar a un ex difícil es que el matrimonio o noviazgo actual se vea como un equipo. Pero cuando esto no se da así, se entra en la lucha de poder y en los resentimientos de unos con otros que terminan afectando la intimidad emocional de la pareja, lo que en última instancia, repito, puede llevar a una nueva ruptura”, recalca la psicóloga.
Rupturas sin un cierre
Una de las causas principales por las que algunos ex son sinónimo de complicaciones es porque no han atravesado por un proceso adecuado de duelo o cierre de la relación pasada, por lo que sienten que aún queda algo pendiente.
En este sentido, la Dra. González explica que en estos escenarios se empiezan a filtrar los celos, el rencor y la rabia -muchas veces mediante arranques- porque no se ha dado una ruptura sana.
Para la pareja actual, ciertamente, la situación es bastante tumultuosa, en especial si el o la ex de su media naranja sigue aún enamorado.
“Si la persona no ha manejado efectivamente las emociones que vienen con el proceso de pérdida de la pareja, como pueden ser la tristeza, el coraje y la nostalgia, ahí no hay una aceptación real del rompimiento”, asegura la experta en conducta.
La psicóloga clínica sostiene que, en casos como ésos, a los ex se les hace muy difícil ver como el que era su pareja rehace su vida sentimental con otra persona. Es entonces cuando, al no saber cómo maniobrar sus frustraciones y posibles resentimientos, comienzan a acosar y a convertirse en una pesada carga.
“Es bien interesante porque el acoso se da de muchas maneras. A veces hay una ex pareja directamente agresiva, que exige abiertamente y rompe los límites y fronteras de su pasado amor. Pero también hay otros ex que tienen una forma de sabotear más pasiva, como –cuando hay hijos de por medio– dejar de cumplir sus responsabilidades de padre o madre, o fingir estar enfermo(a) continuamente”, observa la Dra. González.
“Ciertamente, cuando hay hijos en el panorama, el cuadro se complica seriamente, porque todavía la persona tiene unas responsabilidades paterno o maternofiliales que cumplir con la pareja anterior”, enfatiza.
Por el bien de todos...
Para tratar, dentro de lo posible, de mantener una atmósfera cordial, la especialista recomienda evitar perder la paciencia ante los disgustos que provoque la ex pareja, además de no reciprocar los malos tratos que se reciban de su parte.
Es vital, asimismo, comprender que las formas de manipular de él o ella no se pueden controlar. La clave está, más bien, en ponerles límites a los ex en aras de proteger la relación actual.
“La ex pareja siempre está ahí y eso no puede cambiar. Tú nunca debes intentar cambiar la personalidad o el comportamiento de un ex porque, seamos realistas, nadie cambia a nadie. Lo que tienes que manejar de forma concreta son esos comportamientos específicos que están afectando tu relación”, concluye la Dra. González.