Cierto día, un anciano de 98 años estaba hablando por teléfono con su nieto.
"Hola, abuelito, te escucho muy contento ¿por qué?"
"Es que acabo de romper un espejo".
"Pero son 7 años de mala suerte".
"¡Sí! ¿No es fantástico?"
"Hola, abuelito, te escucho muy contento ¿por qué?"
"Es que acabo de romper un espejo".
"Pero son 7 años de mala suerte".
"¡Sí! ¿No es fantástico?"