Una visita a Haití inmediatamente después del terremoto, dejó constancia de la magnitud de la tragedia que había azotado al vecino país.
Doce meses después, otra visita a esos mismos escenarios dejó constancia de los cambios y la mejoría que había registrado.
Pero también comprobó lo mucho que aún queda por hacer para que la vida allí vuelva a adquirir siquiera un mínimo de normalidad.
Doce meses después, otra visita a esos mismos escenarios dejó constancia de los cambios y la mejoría que había registrado.
Pero también comprobó lo mucho que aún queda por hacer para que la vida allí vuelva a adquirir siquiera un mínimo de normalidad.