ABU DHABI, Emiratos Arabes Unidos - Un opulento hotel de Abu Dhabi, en los Emiratos Arabes Unidos, instaló un enorme árbol de Navidad a un costo de $11 millones.
El árbol, de 13 metros (43 pies), está engalanado con 131 ornamentos de oro y piedras preciosas como diamantes y zafiros.
El gerente general del hotel Emirates Palace, Hans Olbertz, dijo a Dubai News, de Dubai, que trabajó con uno de los joyeros del hotel para crear "un árbol único y una experiencia singular para nuestros huéspedes este año". El hotel tomará contacto con Guinness para postularlo como el árbol navideño más costoso del mundo. El récord de Guinness lo ostenta un árbol levantado en Tokio en 2002, con 83 joyas de Piaget Japón, a un costo de $10.8 millones.
El hotel tiene su propio embarcadero, un helipuerto y una máquina expendedora de barras de oro.
No es inusual un ambiente navideño en los Emiratos Arabes, que aunque oficialmente musulmán tiene una proporción enorme de población extranjera. Los centros comerciales desbordan de figuras de Santa Claus y ornamentos alusivos, además de canciones navideñas.
Por cierto, no todos comparten la euforia, ya que algunos funcionarios temen la invasión de la cultura occidental en la región.
El árbol, de 13 metros (43 pies), está engalanado con 131 ornamentos de oro y piedras preciosas como diamantes y zafiros.
El gerente general del hotel Emirates Palace, Hans Olbertz, dijo a Dubai News, de Dubai, que trabajó con uno de los joyeros del hotel para crear "un árbol único y una experiencia singular para nuestros huéspedes este año". El hotel tomará contacto con Guinness para postularlo como el árbol navideño más costoso del mundo. El récord de Guinness lo ostenta un árbol levantado en Tokio en 2002, con 83 joyas de Piaget Japón, a un costo de $10.8 millones.
El hotel tiene su propio embarcadero, un helipuerto y una máquina expendedora de barras de oro.
No es inusual un ambiente navideño en los Emiratos Arabes, que aunque oficialmente musulmán tiene una proporción enorme de población extranjera. Los centros comerciales desbordan de figuras de Santa Claus y ornamentos alusivos, además de canciones navideñas.
Por cierto, no todos comparten la euforia, ya que algunos funcionarios temen la invasión de la cultura occidental en la región.