Aunque los enamorados piensan que es el latido del corazón el que determina el enamoramiento, las investigaciones de varios especialistas han determinado que el amor es una combinación de imágenes cerebrales, hormonas y genética.
Según el doctor Larry Young del Centro de Investigaciones de Yerkes ubicado en la Universidad de Emory, en Atlanta, Georgia, todo tiene una base biológica y, poco a poco, se van determinando los factores más importantes para confirmarlo. Entonces, contrario a lo que se ha creído siempre, el amor nace en el cerebro aunque a veces sintamos que el corazón nos duele a causa de un amor no correspondido o de uno que acaba. El amor habita, científicamente hablando, en las neuronas y en el cerebro se producen muchos cambios cuando las personas se enamoran.
También un grupo de científicos investigadores de la Universidad de Ohio se ha dedicado al estudio de esto, dentro de un área de la ciencia a la que se le denomina neurobiología del amor y que define que el amor proviene más de la neuroquímica que del corazón. Este interesante estudio llevó a los involucrados a determinar qué regiones del cerebro se "iluminan" o "encienden" y cuáles no muestran tal condición cuando se le enseña a alguien la fotografía de un ser querido. El resultado fue que se activan áreas que pertenecen al sistema de recompensa cerebral con una alta densidad de las hormonas oxitocina y vasopresina, que son las que ocasionan el aumento de los latidos del corazón y de otras emociones.
Algo que sí se ha podido confirmar es que el amor es cierto pues al estar frente al objeto de nuestro amor se desactivan los circuitos cerebrales responsables de las emociones negativas y de la evaluación social.
También se ha determinado que enamorarse toma exactamente 05 segundos pues ese es el tiempo en que el cerebro responde liberando compuestos químicos en el instante en que se encuentra a la persona amada. Según el estudio se activan 12 áreas en el cerebro cuando nos enamoramos. La doctora Stephanie Ortique, profesora de la Universidad de Syracuse en Nueva York ha llegado a la conclusión de que enamorarse puede provocar la misma respuesta eufórica que provocan las drogas ilícitas en el cerebro y que, asimismo, se activan varias zonas cerebrales, incluyendo aquellas vinculadas con funciones cognitivas sofisticadas. En este estudio que fuera publicado por el Journal of Sexual Medicine, la investigadora y su equipo analizaron otros estudios llevados a cabo en el pasado sobre cómo responde el cerebro al concepto del amor. El resultado alcanzado fue que cuando una persona se enamora se activan las 12 áreas cerebrales para liberar compuestos químicos como la dopamina, la oxitocina y la adrenalina.
Según la doctora Ortigue ahora sabemos con el nuevo estudio que la activación de ciertas zonas cerebrales puede generar un estímulo en el corazón y el sentimiento de mariposas en el estómago, pero también se activan áreas cognitivas más complejas como las encargadas de la presentación mental y la autoimagen corporal, así que el amor es un proceso más complicado que la adicción a las drogas. "Al entender las partes del cerero que se estimulan con el amor, los especialistas podrían tener una mejor comprensión de qué ocurre en el cerebro cuando un paciente sufre por amor y quizá s podrían utilizar nuevas terapias", señala la investigadora.
Por tanto, la próxima ocasión en que decida decirles a su pareja o a sus amigos que les quiere mucho, no cometa el error de decir que este sentimiento le viene desde el corazón pues ahora ya sabe con exactitud en dónde se origina.
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Según el doctor Larry Young del Centro de Investigaciones de Yerkes ubicado en la Universidad de Emory, en Atlanta, Georgia, todo tiene una base biológica y, poco a poco, se van determinando los factores más importantes para confirmarlo. Entonces, contrario a lo que se ha creído siempre, el amor nace en el cerebro aunque a veces sintamos que el corazón nos duele a causa de un amor no correspondido o de uno que acaba. El amor habita, científicamente hablando, en las neuronas y en el cerebro se producen muchos cambios cuando las personas se enamoran.
También un grupo de científicos investigadores de la Universidad de Ohio se ha dedicado al estudio de esto, dentro de un área de la ciencia a la que se le denomina neurobiología del amor y que define que el amor proviene más de la neuroquímica que del corazón. Este interesante estudio llevó a los involucrados a determinar qué regiones del cerebro se "iluminan" o "encienden" y cuáles no muestran tal condición cuando se le enseña a alguien la fotografía de un ser querido. El resultado fue que se activan áreas que pertenecen al sistema de recompensa cerebral con una alta densidad de las hormonas oxitocina y vasopresina, que son las que ocasionan el aumento de los latidos del corazón y de otras emociones.
Algo que sí se ha podido confirmar es que el amor es cierto pues al estar frente al objeto de nuestro amor se desactivan los circuitos cerebrales responsables de las emociones negativas y de la evaluación social.
También se ha determinado que enamorarse toma exactamente 05 segundos pues ese es el tiempo en que el cerebro responde liberando compuestos químicos en el instante en que se encuentra a la persona amada. Según el estudio se activan 12 áreas en el cerebro cuando nos enamoramos. La doctora Stephanie Ortique, profesora de la Universidad de Syracuse en Nueva York ha llegado a la conclusión de que enamorarse puede provocar la misma respuesta eufórica que provocan las drogas ilícitas en el cerebro y que, asimismo, se activan varias zonas cerebrales, incluyendo aquellas vinculadas con funciones cognitivas sofisticadas. En este estudio que fuera publicado por el Journal of Sexual Medicine, la investigadora y su equipo analizaron otros estudios llevados a cabo en el pasado sobre cómo responde el cerebro al concepto del amor. El resultado alcanzado fue que cuando una persona se enamora se activan las 12 áreas cerebrales para liberar compuestos químicos como la dopamina, la oxitocina y la adrenalina.
Según la doctora Ortigue ahora sabemos con el nuevo estudio que la activación de ciertas zonas cerebrales puede generar un estímulo en el corazón y el sentimiento de mariposas en el estómago, pero también se activan áreas cognitivas más complejas como las encargadas de la presentación mental y la autoimagen corporal, así que el amor es un proceso más complicado que la adicción a las drogas. "Al entender las partes del cerero que se estimulan con el amor, los especialistas podrían tener una mejor comprensión de qué ocurre en el cerebro cuando un paciente sufre por amor y quizá s podrían utilizar nuevas terapias", señala la investigadora.
Por tanto, la próxima ocasión en que decida decirles a su pareja o a sus amigos que les quiere mucho, no cometa el error de decir que este sentimiento le viene desde el corazón pues ahora ya sabe con exactitud en dónde se origina.
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