Explorar dinámicas en la sexualidad con miras a salir de la rutina y añadir variedad al acto íntimo es un ejercicio que suele fascinar. Y entre las tantas prácticas, una muy conocida es el spanking o la de dar nalgadas con la mano.
Si bien hay parejas que lo integran con la mayor normalidad como parte de su vida sexual, hay otras personas a las que les parece desagradable e, incluso, lo perciben como una señal de agresividad.
“Si gusta o no, va a depender de la mujer, porque cada mujer es un mundo y a muchas este tipo de conducta las estimula”, responde la sexóloga Alicia Fernández. “Del mismo modo, hay otras que les incomoda y no sienten que esta práctica contribuya a su excitación”.
No es lo mismo
La doctora aclara que “hay que diferenciar el spanking o nalgadas sutiles, de los azotes. Este último ya pudiera caer dentro lo que es el sadismo y el masoquismo”, especifica. La diferencia entre una cosa y la otra estriba en el grado de intensidad. “Hay hombres a los que les estimula dar nalgadas, pero son sutiles, que la mujer puede aceptar, lo que no es lo mismo que la azoten”. Y aclara que, de hecho, quien prefiere los golpes fuertes “no va a estimularse con unas nalgadas sutiles, porque necesita una intensidad mayor, más fuerte. Si no existe ese nivel de intensidad, no disfruta” del acto sexual.
Por otro lado, Fernández menciona que una de las razones por las que algunas féminas disfrutan del spanking es porque “por mucho tiempo se ha enseñado que el hombre es el que domina en la cama, el que se dedica a enseñar, y que a la mujer le toca aprender lo que se le dice”. Y aunque ya esa imagen “ha ido cambiando durante los años recientes, todavía para muchas persiste”.
La influencia de la pornografía
Esta conducta es muy observada en material pornográfico como representación de un gesto que fascina al hombre y a la mujer por igual. “No cabe duda de que la pornografía ha contribuído en el desarrollo de conceptos deformados”, menciona la doctora. “Presentan muchas prácticas que ayudan a desvirtuar lo que es la sexualidad, y quien lo ve puede creer que se trata de una sexualidad sana”.
En el caso del spanking, no necesariamente gusta a toda mujer. De ahí que resulte inapropiado que un hombre que disfrute de hacerlo ejecute esta práctica en un primer encuentro sexual sin saber de antemano si a la mujer con la que comparte le agrada.
Cuidado con agredir
Los juegos eróticos tienen como propósito añadir chispa a la vida íntima, no lastimar ni ofender. “Algunos tipos de conducta en la sexualidad, como la del spanking, son aceptadas porque no son dañinas”, expone la también presidenta de Aspects (Asociación Puertorriqueña de Educación, Consejería y Terapia Sexual). “Pero cuando caemos en otras conductas que dejan marcas, lesiones y daños en el cuerpo, que son dañinas, la persona -tanto quien da como quien recibe- necesita ayuda psicológica para trabajar con esa situación”. Y esto abarca, incluso, “si le agrada ese tipo de dinámica porque eso no quita que, como se ha reportado en documentales sobre estos temas, hay gente que ha muerto por muchas de estas prácticas. Eso es serio”.
Además, ambos en la relación deben tener presente que ciertos actos en la sexualidad pueden clasificarse como agresión, y esto es penalizado por ley.
La doctora también resalta que “la mujer debe desarrollar su empoderamiento sexual; que esté clara de que ‘dentro de todo lo que se puede hacer, tengo derecho a decidir si deseo o no el spanking, o que me halen el cabello; decir si me agrada y/o si me provoca malestar’”. También, invita a recordar que “la sexualidad es para disfrutarse al máximo, y ambos en la relación deben buscar prácticas saludables que disfruten en común, no que implique sometimiento, adoración ni lesiones”.
Para citas con la Dra. Alicia Fernández, llama al 787-768-3320.
Stylist para la foto: Yajaira Méndez González
Por qué gusta
Al hombre
En el cerebro primitivo de todo hombre está el instinto animal. Ese instinto se manifiesta de distintas formas y niveles, y en lo sexual logran la excitación con este tipo de conducta. Sin embargo, cae dentro de una patología cuando estos niveles se inclinan hacia azotar fuertemente a una persona, ya que eso implica agresión.
A la mujer
Recibe este gesto como una señal de que tiene un hombre dominante, musculoso, y eso la estimula, pensar en que tiene un hombre fuerte a su lado. De hecho, a la mujer que le agrada ese tipo de dinámica, si experimenta intimidad con un hombre más pasivo o que no se comporte de ese modo, no se va a estimular igual.
Al practicarlo
1. Discute con tu pareja este tipo de fantasía, antes de llevarla a la práctica. Siempre debe darse por el consentimiento de ambas partes.
2. Asegúrate de no lastimar a tu pareja.
3. Está bien experimentar. Pero luego de probar, la mujer debe ser honesta y comunicar si le gusta o no.
4. A la hora de desear poner en práctica nuevas dinámicas, toma como
referencia literatura que fomente una sexualidad sana y responsable, y no desvirtuada.
5. Ambas partes deben conocer su límite. Hasta dónde puede llegar cada uno en ese juego o práctica con su pareja.
6. No accedas sólo por cumplir. “Hay mujeres que aceptan esta conducta con tal de que el hombre siga a su lado, y eso no está bien”, menciona la doctora.