WASHINGTON — ¿Los juguetes incluidos en los paquetes de comida infantil de algunos restaurantes de comida rápida engordan a los niños? El Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés) dice que sí.
El grupo defensor de los consumidores, con sede en Washington DC, amenazó el martes con demandar a McDonald’s, acusando a la cadena de comercializar los juguetes “de manera injusta y engañosa”.
“La mercadotecnia de McDonald’s tiene el efecto de convertir a los niños estadounidenses en un ejército de mercadólogos sin paga, que los hace hostigar a sus padres para que los lleven a McDonald’s”, escribió Stephen Gardner, del CSPI, a los directivos de la corporación en una carta en la que anuncia su querella.
El centro, que ha demandado a decenas de compañías de alimentos en los últimos años, espera que la publicidad y la amenaza de una demanda obligue a McDonald’s a negociar con ellos sobre el tema.
McDonald’s no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios acerca de la demanda, la cual CSPI dice que presentará en una corte estatal. Aunque el centro aún no ha determinado en qué estado lo hará, el grupo cree que los juguetes de las comidas infantiles violan las leyes de protección al consumidor en Massachusetts, Texas, el Distrito de Columbia, Nueva Jersey y California.
Hay quienes acusan al CSPI de extremista, con el argumento de que es responsabilidad de los padres vigilar lo que comen sus hijos, no de los restaurantes.
Michael Jacobson, director ejecutivo de CSPI, dijo que también es responsabilidad de los padres, pero compara los juguetes con un vendedor de puerta en puerta que visita una casa todos los días y pide hablar con los niños en privado.
“Llega el punto en que los padres se desgastan”, declaró Jacobson. “No quieren decirle siempre que ’no’ a sus hijos. Sentimos que muchos padres se sentirán aliviados si se les quita esta presión”.
El grupo defensor de los consumidores, con sede en Washington DC, amenazó el martes con demandar a McDonald’s, acusando a la cadena de comercializar los juguetes “de manera injusta y engañosa”.
“La mercadotecnia de McDonald’s tiene el efecto de convertir a los niños estadounidenses en un ejército de mercadólogos sin paga, que los hace hostigar a sus padres para que los lleven a McDonald’s”, escribió Stephen Gardner, del CSPI, a los directivos de la corporación en una carta en la que anuncia su querella.
El centro, que ha demandado a decenas de compañías de alimentos en los últimos años, espera que la publicidad y la amenaza de una demanda obligue a McDonald’s a negociar con ellos sobre el tema.
McDonald’s no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios acerca de la demanda, la cual CSPI dice que presentará en una corte estatal. Aunque el centro aún no ha determinado en qué estado lo hará, el grupo cree que los juguetes de las comidas infantiles violan las leyes de protección al consumidor en Massachusetts, Texas, el Distrito de Columbia, Nueva Jersey y California.
Hay quienes acusan al CSPI de extremista, con el argumento de que es responsabilidad de los padres vigilar lo que comen sus hijos, no de los restaurantes.
Michael Jacobson, director ejecutivo de CSPI, dijo que también es responsabilidad de los padres, pero compara los juguetes con un vendedor de puerta en puerta que visita una casa todos los días y pide hablar con los niños en privado.
“Llega el punto en que los padres se desgastan”, declaró Jacobson. “No quieren decirle siempre que ’no’ a sus hijos. Sentimos que muchos padres se sentirán aliviados si se les quita esta presión”.