Jerusalén - El Gabinete de Seguridad de Israel decidió ayer aliviar el bloqueo a la franja de Gaza y anunció que permitirá la entrada de productos civiles en el territorio palestino, informó la Oficina del Primer Ministro.
“El Gabinete de Seguridad ha mantenido una amplia discusión en los últimos dos días en referencia a los ajustes de la política de Israel sobre Gaza”, señala la oficina de Benjamín Netanyahu en un comunicado, en el que se añade que se ha acordado “liberalizar el sistema por el que los bienes civiles entran en Gaza”.
El núcleo duro del Gabinete de Netanyahu también aceptó “expandir el flujo de materiales para proyectos civiles que estén bajo supervisión internacional, continuar los procedimientos de seguridad existentes para impedir la entrada de armas y material de guerra”.
“En los próximos días, el Gobierno decidirá los pasos adicionales a tomar para hacer efectiva esta política”, se indica en la nota, en la que también se insta a la comunidad internacional a trabajar para la liberación inmediata del soldado Gilad Shalit, capturado por milicias palestinas de Gaza hace cuatro años.
La medida supone la cesión del Gobierno israelí a la presión internacional, que había reiterado sus llamamientos al levantamiento del bloqueo a Gaza tras el asalto, el pasado 31 de mayo, en aguas internacionales a la “Flotilla de la Libertad”, que intentaba romper el cerco y que tuvo un saldo de nueve muertos.
Ayer, la representante europea de Asuntos Exteriores y vicepresidenta de la Comisión europea, Catherine Ashton, pidió en una intervención ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo el levantamiento del bloqueo y señaló que este “daña a la gente normal, impide la reconstrucción, alimenta el radicalismo y da autoridad a Hamás”.
“El sufrimiento de Gaza no hace a Israel más seguro. Las cosas tienen que cambiar”, dijo Ashton.
También el principal aliado de Israel, Estados Unidos, había tachado de “insostenible” el cerco a la franja, gobernada por Hamás y en la que viven millón y medio de personas, y había exigido que se revisasen sus condiciones.
La semana pasada Israel empezó a aflojar el cerco a Gaza y anunció que permitiría la entrada de refrescos, zumos, frutas en conserva, galletas, aperitivos y patatas fritas, medida que los palestinos consideraron insuficiente.
“El Gabinete de Seguridad ha mantenido una amplia discusión en los últimos dos días en referencia a los ajustes de la política de Israel sobre Gaza”, señala la oficina de Benjamín Netanyahu en un comunicado, en el que se añade que se ha acordado “liberalizar el sistema por el que los bienes civiles entran en Gaza”.
El núcleo duro del Gabinete de Netanyahu también aceptó “expandir el flujo de materiales para proyectos civiles que estén bajo supervisión internacional, continuar los procedimientos de seguridad existentes para impedir la entrada de armas y material de guerra”.
“En los próximos días, el Gobierno decidirá los pasos adicionales a tomar para hacer efectiva esta política”, se indica en la nota, en la que también se insta a la comunidad internacional a trabajar para la liberación inmediata del soldado Gilad Shalit, capturado por milicias palestinas de Gaza hace cuatro años.
La medida supone la cesión del Gobierno israelí a la presión internacional, que había reiterado sus llamamientos al levantamiento del bloqueo a Gaza tras el asalto, el pasado 31 de mayo, en aguas internacionales a la “Flotilla de la Libertad”, que intentaba romper el cerco y que tuvo un saldo de nueve muertos.
Ayer, la representante europea de Asuntos Exteriores y vicepresidenta de la Comisión europea, Catherine Ashton, pidió en una intervención ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo el levantamiento del bloqueo y señaló que este “daña a la gente normal, impide la reconstrucción, alimenta el radicalismo y da autoridad a Hamás”.
“El sufrimiento de Gaza no hace a Israel más seguro. Las cosas tienen que cambiar”, dijo Ashton.
También el principal aliado de Israel, Estados Unidos, había tachado de “insostenible” el cerco a la franja, gobernada por Hamás y en la que viven millón y medio de personas, y había exigido que se revisasen sus condiciones.
La semana pasada Israel empezó a aflojar el cerco a Gaza y anunció que permitiría la entrada de refrescos, zumos, frutas en conserva, galletas, aperitivos y patatas fritas, medida que los palestinos consideraron insuficiente.