Sin arrepentimiento alguno por las atrocidades que cometió, expresó ante el juzgado: “Las palabras ‘lo siento’ nunca saldrán de mí, porque serían una mentira. (…) Simplemente, lo disfruté”.
El ‘Hamburguesero’ o el ‘Asesino Caníbal’. Ambos son los apelativos que aluden a la historia de este hombre, que se acercaba a aquellas personas desamparadas, por lo general involucradas en el alcohol y drogas, para secuestrarlas, asesinarlas y, finalmente, desmenbrarlas.
Incluso en ocasiones consumió esa carne. Además, abrió un puesto de comida para vender hamburguesas que contenían los restos de sus víctimas.
Nacido el 2 de marzo de 1955 en la ciudad de Baltimore, Maryland, Joseph Roy Metheny fue un estadounidense que se crio en un hogar de clase obrera con un padre con problemas de alcohol. A los 18 años, se unió al Ejército para realizar servicio militar; sin embargo, en ese tiempo recurrió a las drogas y posteriormente laboró como camionero.
con un trabajo estable y una familia que mantener, vivió una vida aparentemente normal y sin sobresaltos. No obstante, su vida tuvo un giro radical en julio de 1994, cuando su esposa, quien era adicta al crack, lo abandonó llevándose a su hijo de 6 años.
Tras lo sucedido, Joseph indagó su ubicación medio año después y se enteró de que la madre de su hijo vivía con la persona que le suministraba las drogas. Por ello, ambos fueron acusados de negligencia y abuso infantil, pero él tampoco pudo recuperarlo, por lo que las autoridades colocaron al menor en estado de adopción.
Hamburguesas de carne humana
Su siguiente víctima fue una prostituta que también era adicta al crack, y a la que Metheny contactó para obtener información sobre su esposa, pero, al no conseguir nada, abusó de ella y luego la asesinó. El hombre siguió cometiendo crímenes similares con mujeres que se dedicaban a la prostitución.
Según registros, tras estos asesinatos, mezcló la carne de sus víctimas con carne de cerdo y preparó unas hamburguesas que más adelante comenzaría a vender en un puesto callejero.
“Corté la carne y la puse en unos táperes en el congelador. Abrí un pequeño puesto de carne a cielo abierto. Comí auténticos sándwiches de roast beef y cerdo. Ellos eran muy buenos. El sabor del cuerpo humano era muy similar al del cerdo. Si se mezclan, nadie puede notar la diferencia”, manifestó Metheny en su juicio. Un verdadero caníbal.
El 8 de diciembre de 1996, el ´Hamburguesero’ secuestró a su última víctima; sin embargo, la mujer, identificada como Rita Kemper, logró huir y lo denunció ese mismo día. Ante ello, la Policía rápidamente llegó al remolque donde Metheny vivía y lo puso bajo arresto. Después, el asesino empezaría a declarar sus horrendos homicidios.
Por otro lado, su madre reveló que perdió a su hijo en el Ejército, ya que allí comenzó a consumir drogas. Ante ello, su abogado también culpó al alcohol y a las drogas por su cambio radical de comportamiento. No obstante, sus excompañeros de trabajo dijeron que siempre lo veían en buen estado cuando trabaja como camionero.
Confesión y muerte
Metheny confesó haber matado al menos a 10 personas, pero no todos sus homicidios fueron probados por la Justicia. Aunque en un principio su destino era la pena de muerte debido a que las autoridades confirmaron los homicidios de Cathy Ann Magaziner y Kathy Spicer, esa decisión fue revocada y solo lo condenaron a doble cadena perpetua.
Ya en su juicio final, el ‘Asesino Caníbal’ dejó en claro que no se arrepintió de sus actos: “Las palabras ‘lo siento’ nunca saldrán, porque serían una mentira. Estoy más que dispuesto a dar mi vida por lo que he hecho para que Dios me juzgue y me mande al infierno por la eternidad. Simplemente, lo disfruté”, expresó.
Con 62 años de edad, sin arrepentimiento alguno por las atrocidades cometidas y tras 20 años de encierro, Joseph Roy Metheny fue hallado sin vida el 5 de agosto de 2017 en su celda de la Institución Correccional Occidental de Cumberland, Estados Unidos.
Cegado por la ira y el odio, Metheny fue en busca de venganza y se cruzó con dos distribuidores de droga que frecuentaban a su expareja, a los cuales increpó e interrogó para sacarles información de ella. Al no tener éxito, decidió matarlos debajo de un puente, y enterró los cuerpos y siguió con su camino.
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El ‘Hamburguesero’ o el ‘Asesino Caníbal’. Ambos son los apelativos que aluden a la historia de este hombre, que se acercaba a aquellas personas desamparadas, por lo general involucradas en el alcohol y drogas, para secuestrarlas, asesinarlas y, finalmente, desmenbrarlas.
Incluso en ocasiones consumió esa carne. Además, abrió un puesto de comida para vender hamburguesas que contenían los restos de sus víctimas.
Nacido el 2 de marzo de 1955 en la ciudad de Baltimore, Maryland, Joseph Roy Metheny fue un estadounidense que se crio en un hogar de clase obrera con un padre con problemas de alcohol. A los 18 años, se unió al Ejército para realizar servicio militar; sin embargo, en ese tiempo recurrió a las drogas y posteriormente laboró como camionero.
con un trabajo estable y una familia que mantener, vivió una vida aparentemente normal y sin sobresaltos. No obstante, su vida tuvo un giro radical en julio de 1994, cuando su esposa, quien era adicta al crack, lo abandonó llevándose a su hijo de 6 años.
Tras lo sucedido, Joseph indagó su ubicación medio año después y se enteró de que la madre de su hijo vivía con la persona que le suministraba las drogas. Por ello, ambos fueron acusados de negligencia y abuso infantil, pero él tampoco pudo recuperarlo, por lo que las autoridades colocaron al menor en estado de adopción.
Hamburguesas de carne humana
Su siguiente víctima fue una prostituta que también era adicta al crack, y a la que Metheny contactó para obtener información sobre su esposa, pero, al no conseguir nada, abusó de ella y luego la asesinó. El hombre siguió cometiendo crímenes similares con mujeres que se dedicaban a la prostitución.
Según registros, tras estos asesinatos, mezcló la carne de sus víctimas con carne de cerdo y preparó unas hamburguesas que más adelante comenzaría a vender en un puesto callejero.
“Corté la carne y la puse en unos táperes en el congelador. Abrí un pequeño puesto de carne a cielo abierto. Comí auténticos sándwiches de roast beef y cerdo. Ellos eran muy buenos. El sabor del cuerpo humano era muy similar al del cerdo. Si se mezclan, nadie puede notar la diferencia”, manifestó Metheny en su juicio. Un verdadero caníbal.
El 8 de diciembre de 1996, el ´Hamburguesero’ secuestró a su última víctima; sin embargo, la mujer, identificada como Rita Kemper, logró huir y lo denunció ese mismo día. Ante ello, la Policía rápidamente llegó al remolque donde Metheny vivía y lo puso bajo arresto. Después, el asesino empezaría a declarar sus horrendos homicidios.
Por otro lado, su madre reveló que perdió a su hijo en el Ejército, ya que allí comenzó a consumir drogas. Ante ello, su abogado también culpó al alcohol y a las drogas por su cambio radical de comportamiento. No obstante, sus excompañeros de trabajo dijeron que siempre lo veían en buen estado cuando trabaja como camionero.
Confesión y muerte
Metheny confesó haber matado al menos a 10 personas, pero no todos sus homicidios fueron probados por la Justicia. Aunque en un principio su destino era la pena de muerte debido a que las autoridades confirmaron los homicidios de Cathy Ann Magaziner y Kathy Spicer, esa decisión fue revocada y solo lo condenaron a doble cadena perpetua.
Ya en su juicio final, el ‘Asesino Caníbal’ dejó en claro que no se arrepintió de sus actos: “Las palabras ‘lo siento’ nunca saldrán, porque serían una mentira. Estoy más que dispuesto a dar mi vida por lo que he hecho para que Dios me juzgue y me mande al infierno por la eternidad. Simplemente, lo disfruté”, expresó.
Con 62 años de edad, sin arrepentimiento alguno por las atrocidades cometidas y tras 20 años de encierro, Joseph Roy Metheny fue hallado sin vida el 5 de agosto de 2017 en su celda de la Institución Correccional Occidental de Cumberland, Estados Unidos.
Cegado por la ira y el odio, Metheny fue en busca de venganza y se cruzó con dos distribuidores de droga que frecuentaban a su expareja, a los cuales increpó e interrogó para sacarles información de ella. Al no tener éxito, decidió matarlos debajo de un puente, y enterró los cuerpos y siguió con su camino.
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