Esta es la historia de un joven que casi pierde la vida por una bacteria que se había “comido” los músculos de la pierna y rodilla.
Scott Neil nunca imaginó que un raspón en la rodilla podría costarle la vida. Fue un accidente nada particular en Swansea, Gales, que le ocasionó una “agonía” sin igual y “lágrimas de dolor”, y que inflamó su pierna al doble de su tamaño.
Aquel rasguño menor se convirtió en fascitis necrosante (infección bacteriana que puede ser mortal si una herida se infecta). Scott describió el dolor como algo que no se parecía a nada que hubiera experimentado antes, al punto que al llegar al hospital se desmayó.
El hombre fue una de 500 personas que al año contraen la enfermedad, por lo que tuvo que someterse a seis cirugías durante las seis semanas que estuvo en el hospital por la rara y potencialmente mortal enfermedad.
Realmente no podía aceptar lo que había sucedido, fue el dolor más insoportable que he tenido”, dijo Scott, luego de meses.
En el hospital, los doctores se dieron cuenta de que la fascitis necrosante se había “comido” los músculos cuádriceps y de la rodilla, por lo que las cirugías se centraron en cortar la parte muerta durante un prolongado intento por impedir que la infección se extendiera por la pierna y el cuerpo del joven de 30 años.
“Eso fue muy duro, lloré mucho”, rememoró el joven. Subrayó: “Ver tu cuerpo lucir completamente extraño”. Especialistas en el tema señalaron que en estos casos el diagnóstico temprano puede evitar la muerte.
Afortunadamente, la cirugía fue exitosa, el músculo de la espalda del joven fue usado para reemplazar el tejido muerto y pudieron salvarle la pierna. Luego de terapia física y determinación, logró camina sin ayuda y dijo que aprecia poder pasear a su perro y andar en patineta.
Scott afrontó terribles momentos físicos y mentales; sin embargo, esta experiencia traumática le ha dado un nuevo entusiasmo por la vida.
“Mi salud mental estaba en su punto más bajo antes de esto, por lo que realmente solo había una forma de superarlo: enfrentarlo”, dijo el joven músico.
“Tenía que mantenerme fuerte por mi familia principalmente. En cierto modo, estaba agradecido con la experiencia porque me mostró cómo lidiar con el trauma, solo había una forma de superarlo. Cada trauma que había experimentado antes debía enterrarlo”, describió Scott a la BBC.
Asimismo, aseguró estar agradecido por poder pasear a su perro, “saltar en una patineta, correr y patear una pelota de fútbol”.
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Scott Neil nunca imaginó que un raspón en la rodilla podría costarle la vida. Fue un accidente nada particular en Swansea, Gales, que le ocasionó una “agonía” sin igual y “lágrimas de dolor”, y que inflamó su pierna al doble de su tamaño.
Aquel rasguño menor se convirtió en fascitis necrosante (infección bacteriana que puede ser mortal si una herida se infecta). Scott describió el dolor como algo que no se parecía a nada que hubiera experimentado antes, al punto que al llegar al hospital se desmayó.
El hombre fue una de 500 personas que al año contraen la enfermedad, por lo que tuvo que someterse a seis cirugías durante las seis semanas que estuvo en el hospital por la rara y potencialmente mortal enfermedad.
Realmente no podía aceptar lo que había sucedido, fue el dolor más insoportable que he tenido”, dijo Scott, luego de meses.
En el hospital, los doctores se dieron cuenta de que la fascitis necrosante se había “comido” los músculos cuádriceps y de la rodilla, por lo que las cirugías se centraron en cortar la parte muerta durante un prolongado intento por impedir que la infección se extendiera por la pierna y el cuerpo del joven de 30 años.
“Eso fue muy duro, lloré mucho”, rememoró el joven. Subrayó: “Ver tu cuerpo lucir completamente extraño”. Especialistas en el tema señalaron que en estos casos el diagnóstico temprano puede evitar la muerte.
Afortunadamente, la cirugía fue exitosa, el músculo de la espalda del joven fue usado para reemplazar el tejido muerto y pudieron salvarle la pierna. Luego de terapia física y determinación, logró camina sin ayuda y dijo que aprecia poder pasear a su perro y andar en patineta.
Scott afrontó terribles momentos físicos y mentales; sin embargo, esta experiencia traumática le ha dado un nuevo entusiasmo por la vida.
“Mi salud mental estaba en su punto más bajo antes de esto, por lo que realmente solo había una forma de superarlo: enfrentarlo”, dijo el joven músico.
“Tenía que mantenerme fuerte por mi familia principalmente. En cierto modo, estaba agradecido con la experiencia porque me mostró cómo lidiar con el trauma, solo había una forma de superarlo. Cada trauma que había experimentado antes debía enterrarlo”, describió Scott a la BBC.
Asimismo, aseguró estar agradecido por poder pasear a su perro, “saltar en una patineta, correr y patear una pelota de fútbol”.
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