KIEV, Ucrania — Fuerzas ucranianas atacaron y causaron daños graves en un puente crucial para aprovisionar a las tropas rusas en el sur de Ucrania, según dijo hoy un funcionario regional.
Kirill Stremousov, número dos del gobierno temporal con apoyo ruso en la región sureña de Jersón, controlada por Rusia, dijo que el ejército ucraniano había atacado hoy el puente sobre el Río Dniéper con misiles, y lo había alcanzado 11 veces.
En declaraciones recogidas por la agencia de noticias Interfax, señaló que el puente había sufrido daños graves, pero no se había cerrado al tráfico.
El puente de 1.4 kilómetros (0.9 millas) es el principal sobre el Río Dniéper, y si queda inutilizado complicaría mucho que el ejército ruso pueda mantener abastecidas a sus fuerzas en la región ante reiterados ataques ucranianos.
Stremousov dijo que las fuerzas ucranianas emplearon lanzacohetes múltiples HIMARS proporcionados por Estados Unidos, y que algunos proyectiles habían sido interceptados por defensas antiaéreas rusas.
El líder del gobierno instalado por Moscú en Jersón, Vladimir Saldo, dijo en un mensaje de video que se permitía el paso de vehículos de pasajeros por el puente, pero que se había detenido el tráfico de camiones hasta hacer unas reparaciones rápidas. Los camiones podrían cruzar el río por una presa a 80 kilómetros (50 millas) de distancia, señaló.
Se trataba del segundo ataque en dos días contra el Puente Antonivskyi. La estructura sufrió daños leves de artillería ucraniana el día anterior, según autoridades con apoyo de Moscú en Jersón.
Al principio de la guerra, tropas rusas tomaron con rapidez la región de Jersón, al norte de la Península de Crimea, que se anexionó Rusia en 2014. Han enfrentado contraataques ucranianos, pero en su mayor parte han mantenido la línea.
El Ministerio británico de Defensa dijo hoy que el puente probablemente seguía operativo tras los ataques ucranianos, pero era “una vulnerabilidad clave para las fuerzas rusas”.
“Es uno de los dos únicos puntos de cruce por carretera sobre el Dniéper por los que Rusia puede abastecer o retirar a sus fuerzas del territorio que ha ocupado al oeste del río”, añadió el Ministerio. “Es probable que el control de los cruces del Dniéper se convierta en un factor clave en el resultado de los combates en la región”.
La mayor parte de las fuerzas rusas están bloqueadas en los combates por el corazón industrial en el este de Ucrania, el Donbás, donde avanzan despacio ante una firme resistencia ucraniana.
El avance terrestre de Rusia ha perdido velocidad, en parte porque Ucrania utiliza armas estadounidenses más efectivas y en parte por lo que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha descrito como una “pausa operativa”. Rusia se ha centrado más en los bombardeos aéreos con misiles de largo alcance.
Las autoridades ucranianas expresaron su esperanza de que Kiev pudiera mermar los recursos militares rusos en la lucha por el Donbás y después lanzar una contraofensiva para recuperar la región de Jersón y partes de la región de Zaporiyia, que las fuerzas rusas tomaron al principio de la guerra.
Ante los indicios de que Ucrania planea contraataques para tomar zonas ocupadas, el ejército ruso ha atacado en las últimas semanas el puerto de Odesa, en el Mar Negro, y zonas del sur de Ucrania, donde sus fuerzas capturaron ciudades al comienzo de la guerra.
Jersón, en la confluencia del Río Dniéper y el Mar Negro, cerca de la Crimea ocupada, acoge una importante industria de astilleros. Es una de las zonas que intenta anexionarse Rusia, según dijo un portavoz del gobierno estadounidense.
Tras meses de rumores locales y anuncios sobre un referendo ruso, el vocero del consejo de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby dijo ayer que las autoridades estadounidenses de inteligencia tienen “amplias” evidencias de Rusia pretende anexionar de forma oficial más territorio ucraniano y podría celebrar una votación “fraudulenta” a partir de septiembre. Rusia también tiene la vista puesta en Jersón, así como todas las provincias de Luhansk y Donetsk.
“Rusia está preparando el terreno para anexionar territorio ucraniano que controla, en violación directa de la soberanía de Ucrania”, dijo Kirby en Washington.
Kirby añadió que la Casa blanca esperaba anunciar más ayuda militar para Ucrania esta semana. Se esperaba que la nueva remesa incluyera más sistemas HIMARS, un arma crítica que las fuerzas ucranianas han empleado con éxito en sus esfuerzos por repeler a las tropas rusas.
Además de mantener su ofensiva en el Donbás, fuerzas rusas golpearon otras zonas en el este y otros lugares de Ucrania con ataques de misiles y rondas de artillería.
La oficina presidencial ucraniana informó de al menos 13 civiles muertos y otros 40 heridos en ataques rusos en todo el país.
La crisis con Ucrania se desencadenó luego de que Moscú viera su anexión como país socio a la OTAN como una amenaza a la soberanía rusa.
Rusia exige garantías por parte de las potencias occidentales de que Ucrania se mantendrá como socio y nunca será incorporada como país miembro, lo que la OTAN no está dispuesta a ofrecer.
La OTAN es una alianza militar formada en 1949 por doce países, incluidos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Francia, que tiene el compromiso de asistencia mutua y recíproca en caso de un ataque militar y que hoy tiene 30 miembros.
Fue creada para frenar la amenaza que significaba la expansión de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
Pero tras el colapso de la URSS en 1991, varios países del antiguo Pacto de Varsovia -una alianza similar a la OTAN liderada por Rusia- se convirtieron en miembros de la OTAN, lo que ha puesto al Kremlin a la defensiva como en el caso de Ucrania, un país con una gran presencia de rusos que mantienen fuertes lazos con su país. Putin la considera "su patio trasero".
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