Nueva York - Mirando fijamente día tras día las imágenes del petróleo que se eleva como una enorme ola desde el pozo submarino en el Golfo de México, muchos estadounidenses se esfuerzan por comprender las cifras.
El lunes, BP dijo que una tapa estaba capturando del pozo 11,000 barriles de petróleo al día. El cálculo gubernamental oficial del nivel de flujo es de entre 12,000 y 19,000 barriles al día, lo que significa que el nuevo dispositivo debe estar atrapando la mayor parte del petróleo.
Pero ¿es realmente así? Al no haber consenso entre los expertos sobre la cantidad de petróleo que mana de la boca del pozo, resulta difícil -sino imposible- evaluar la efectividad del dispositivo de contención.
BP ha dejado de estar calculando el nivel de flujo por su cuenta, refiriendo todas las interrogantes sobre el tema al gobierno. La responsabilidad de la compañía será determinada finalmente en parte por la cantidad de barriles que se hayan derramado.
El inmenso pozo surtidor submarino de petróleo y gas, que vemos en las imágenes de vídeo, se ve tan grande como se veía la semana pasada, o mayor, antes de que la compañía insertara un tubo ascendente, conocido como “riser” para instalar su nuevo dispositivo colector.
Por lo menos un experto, Ira Leifer, quien forma parte de un equipo gubernamental encargado de calcular el nivel de flujo, está convencido de que la operación ha empeorado el escape, quizás mucho más que el 20% de aumento que funcionarios gubernamentales advirtieron que podría ocurrir cuando se cortara el “riser”.
El doctor Leifer dijo en una entrevista el lunes que, a juzgar por el vídeo, cortar el tubo pudo haber incrementado varias veces el nivel de flujo del pozo.
“El tubo del pozo, claramente, está fluyendo mucho más que antes”, dijo el doctor Leifer, un investigador de la Universidad de California, Santa Bárbara. “Al decir mucho más, no quiero decir 20%, quiero decir que existen múltiples factores”.
Preguntado sobre el nivel de flujo en una conferencia de prensa el lunes en la Casa Blanca, el almirante Thad W. Allen, el jefe de la Guardia Costanera a cargo de la respuesta federal al derrame, dijo que a medida que BP capturaba más petróleo, el gobierno debe ser capaz de ofrecer mejores estimados del flujo saliente de la boca del pozo, rastreando la cantidad que llega a la superficie.
“Este es el gran dato desconocido que estamos tratando de indagar y obtener la cantidad exacta”, dijo el almirante Allen. “Y daremos a conocer esos números tan pronto como los obtengamos. No estamos tratando de minimizar o de acelerar esto. Es lo que es”.
Hablando en una sesión informativa el lunes en Houston, Kent Wells, un ejecutivo de BP que participa en el esfuerzo de contención, declinó calcular el total del flujo y cuánto pudo haber aumentado. Dijo que las imágenes de vídeo de la boca del pozo mostraban una “cortina de petróleo” que se escapaba de la parte inferior del dispositivo de contención.
“Cuánto es, a todos nos encantaría saberlo”, dijo Wells. “Es realmente difícil de decir”.
Obama busca un “trasero”
Por otra parte, el presidente estadounidense Obama ha subido el tono de sus ataques a la petrolera BP, responsable del vertido del golfo de México. Después de haber recibido varias críticas a lo largo de la semana por su respuesta timorata a la crisis, Obama ha declarado que está estudiando con expertos “de quién es el trasero que hay que patear”.
“Yo no me siento por ahí para hablar con expertos como si esto fuera un seminario universitario. Estamos hablando con ellos, porque son los que tienen potencialmente la mejor respuesta para permitirme saber de quién es el trasero que hay que patear”, explicó el presidente en una entrevista en la NBC que se emitió ayer pero de la que la cadena emitió un anticipo la noche del lunes.
El mandatario defendió con vehemencia su actuación para afrontar el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.
“Yo estaba allí hace un mes antes de que la mayoría de esos comentaristas invitados prestaran atención al Golfo”, dijo Obama a Matt Lauer, de la NBC. “Me estaba reuniendo con pescadores bajo la lluvia para conversar sobre la potencial crisis en que esto podría convertirse”.
Acerca de los grandes dividendos de BP, Obama declaró que la petrolera tendrá que pagar compensaciones. “Tenemos que estar seguros de que cada persona que haya sido afectada vaya a ser adecuadamente compensada”, sostuvo.
Esta opinión está en línea con las presiones que está sufriendo la compañía para suspender el pago de sus millonarios dividendos.
Muchas manchas
El derrame no ha creado una sola mancha, sino muchas que acosan a los varios estados de la costa.
En los delicados pantanos de la costa de Luisiana, el crudo, espeso como pasta, sofoca los juncos y atrapa a los pelícanos.
Burbujas de alquitrán del tamaño de una moneda al de un plato manchan las arenas blancas en Alabama y el noroeste de Florida. En Mississippi no se ve nada raro, excepto la ausencia de turistas, pero al oeste de Tampa, en la Florida, una capa aceitosa verde cubre la superficie marina.
“Ya no nos estamos enfrentando a un derrame grande y único”, dijo Thad Allen en la Casa Blanca. “Enfrentamos una suma de cientos y miles de manchas de crudo que van en muchas direcciones distintas”.
BP anunció que pretende cambiar el embudo actual con uno mayor el mes próximo.
El lunes, BP dijo que una tapa estaba capturando del pozo 11,000 barriles de petróleo al día. El cálculo gubernamental oficial del nivel de flujo es de entre 12,000 y 19,000 barriles al día, lo que significa que el nuevo dispositivo debe estar atrapando la mayor parte del petróleo.
Pero ¿es realmente así? Al no haber consenso entre los expertos sobre la cantidad de petróleo que mana de la boca del pozo, resulta difícil -sino imposible- evaluar la efectividad del dispositivo de contención.
BP ha dejado de estar calculando el nivel de flujo por su cuenta, refiriendo todas las interrogantes sobre el tema al gobierno. La responsabilidad de la compañía será determinada finalmente en parte por la cantidad de barriles que se hayan derramado.
El inmenso pozo surtidor submarino de petróleo y gas, que vemos en las imágenes de vídeo, se ve tan grande como se veía la semana pasada, o mayor, antes de que la compañía insertara un tubo ascendente, conocido como “riser” para instalar su nuevo dispositivo colector.
Por lo menos un experto, Ira Leifer, quien forma parte de un equipo gubernamental encargado de calcular el nivel de flujo, está convencido de que la operación ha empeorado el escape, quizás mucho más que el 20% de aumento que funcionarios gubernamentales advirtieron que podría ocurrir cuando se cortara el “riser”.
El doctor Leifer dijo en una entrevista el lunes que, a juzgar por el vídeo, cortar el tubo pudo haber incrementado varias veces el nivel de flujo del pozo.
“El tubo del pozo, claramente, está fluyendo mucho más que antes”, dijo el doctor Leifer, un investigador de la Universidad de California, Santa Bárbara. “Al decir mucho más, no quiero decir 20%, quiero decir que existen múltiples factores”.
Preguntado sobre el nivel de flujo en una conferencia de prensa el lunes en la Casa Blanca, el almirante Thad W. Allen, el jefe de la Guardia Costanera a cargo de la respuesta federal al derrame, dijo que a medida que BP capturaba más petróleo, el gobierno debe ser capaz de ofrecer mejores estimados del flujo saliente de la boca del pozo, rastreando la cantidad que llega a la superficie.
“Este es el gran dato desconocido que estamos tratando de indagar y obtener la cantidad exacta”, dijo el almirante Allen. “Y daremos a conocer esos números tan pronto como los obtengamos. No estamos tratando de minimizar o de acelerar esto. Es lo que es”.
Hablando en una sesión informativa el lunes en Houston, Kent Wells, un ejecutivo de BP que participa en el esfuerzo de contención, declinó calcular el total del flujo y cuánto pudo haber aumentado. Dijo que las imágenes de vídeo de la boca del pozo mostraban una “cortina de petróleo” que se escapaba de la parte inferior del dispositivo de contención.
“Cuánto es, a todos nos encantaría saberlo”, dijo Wells. “Es realmente difícil de decir”.
Obama busca un “trasero”
Por otra parte, el presidente estadounidense Obama ha subido el tono de sus ataques a la petrolera BP, responsable del vertido del golfo de México. Después de haber recibido varias críticas a lo largo de la semana por su respuesta timorata a la crisis, Obama ha declarado que está estudiando con expertos “de quién es el trasero que hay que patear”.
“Yo no me siento por ahí para hablar con expertos como si esto fuera un seminario universitario. Estamos hablando con ellos, porque son los que tienen potencialmente la mejor respuesta para permitirme saber de quién es el trasero que hay que patear”, explicó el presidente en una entrevista en la NBC que se emitió ayer pero de la que la cadena emitió un anticipo la noche del lunes.
El mandatario defendió con vehemencia su actuación para afrontar el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.
“Yo estaba allí hace un mes antes de que la mayoría de esos comentaristas invitados prestaran atención al Golfo”, dijo Obama a Matt Lauer, de la NBC. “Me estaba reuniendo con pescadores bajo la lluvia para conversar sobre la potencial crisis en que esto podría convertirse”.
Acerca de los grandes dividendos de BP, Obama declaró que la petrolera tendrá que pagar compensaciones. “Tenemos que estar seguros de que cada persona que haya sido afectada vaya a ser adecuadamente compensada”, sostuvo.
Esta opinión está en línea con las presiones que está sufriendo la compañía para suspender el pago de sus millonarios dividendos.
Muchas manchas
El derrame no ha creado una sola mancha, sino muchas que acosan a los varios estados de la costa.
En los delicados pantanos de la costa de Luisiana, el crudo, espeso como pasta, sofoca los juncos y atrapa a los pelícanos.
Burbujas de alquitrán del tamaño de una moneda al de un plato manchan las arenas blancas en Alabama y el noroeste de Florida. En Mississippi no se ve nada raro, excepto la ausencia de turistas, pero al oeste de Tampa, en la Florida, una capa aceitosa verde cubre la superficie marina.
“Ya no nos estamos enfrentando a un derrame grande y único”, dijo Thad Allen en la Casa Blanca. “Enfrentamos una suma de cientos y miles de manchas de crudo que van en muchas direcciones distintas”.
BP anunció que pretende cambiar el embudo actual con uno mayor el mes próximo.