Sin duda el chocolate es un alimento que mueve al mundo y desde hace siglos cautiva a todos. Pero, ¿Tiene tanta fuerza y poder esta golosina?, ¿Puede ser posible que el chocolate ayudara a ganar la primera guerra mundial?
Muchos son los documentales que se han retransmitido, artículos que se han escrito e incluso libros que se han publicado esta temporada como recuerdo del centenario de la Primera Guerra Mundial. Casi todos nos hablan de este terrible conflicto desde el punto de vista de la estrategia, movimientos militares o batallas ganadas y perdidas por uno y otro bando.
Pero poco sabemos de las personas que estaban en el frente, de sus sentimientos, de sus añoranzas por su hogar y su familia, y de que era aquello que en esos trágicos momentos podían levantarles la moral y hacer que se olvidaran de donde estaban.
Dicen que no hay mejor remedio cuando nuestro ánimo está bajo que tomarse unas onzas de chocolate, esa misma debía ser la sensación que tenían los soldados ingleses en el frente cuando tenían la oportunidad de comerlo.
Quizá no se nos hubiera pasado por la cabeza que una sencilla caja de chocolate pudiera ser un recurso valioso en tiempos de guerra, y que gracias al chocolate puede ser que esos soldados ganaran la Primera Guerra Mundial.
Ahora una exposición que se lleva a cabo en la fábrica de chocolates Rowntree’s en North Yorkshire, Inglaterra, llamada WWI: A taste of Home, conmemora no solo el primer centenario de la Primera Guerra Mundial, sino también el papel que en esos momentos tuvo el chocolate para los soldados.
En ella, que se mantendrá abierta al público hasta el 31 de diciembre de este año, se encontrarán objetos diversos, entre ellos colecciones de cajas de edición limitada, que fueron producidas para ser enviadas por el alcalde como un regalo a los ciudadanos de York que se encontarbasn en el frente, en prisiones o en sus casas de retirada, y que ellos en ese momento recibieron como un preciado tesoro.
Este regalo inspiró más de 250 “cartas de chocolate” que los propios soldados escribieron como agradecimiento, en ellas se habla del miedo, el orgullo y de cómo una pieza de chocolate podía levantar es el ánimo en esos momentos difíciles.
Lo que era un artículo de lujo en el período victoriano y eduardiano cambiará definitivamente a partir de 1818 con la aparición de las primeras barras de chocolate para “las masas”en los años veinte, y es que esta guerra condujo a un cambio fundamental en la producción y el consumo del chocolate, tanto durante como después del conflicto bélico.
A lo largo de los tiempos, el chocolate ha demostrado ser un producto valioso en épocas de guerra que se remonta a los aztecas guerreros que bebían cacao amargo para ganar fuerza y energía. Así que todo esto me hace pensar ¿pudo cambiar el rumbo de la historia unas simples cajas de chocolatinas?
Fuente: Directo al paladar
AJV
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Muchos son los documentales que se han retransmitido, artículos que se han escrito e incluso libros que se han publicado esta temporada como recuerdo del centenario de la Primera Guerra Mundial. Casi todos nos hablan de este terrible conflicto desde el punto de vista de la estrategia, movimientos militares o batallas ganadas y perdidas por uno y otro bando.
Pero poco sabemos de las personas que estaban en el frente, de sus sentimientos, de sus añoranzas por su hogar y su familia, y de que era aquello que en esos trágicos momentos podían levantarles la moral y hacer que se olvidaran de donde estaban.
Dicen que no hay mejor remedio cuando nuestro ánimo está bajo que tomarse unas onzas de chocolate, esa misma debía ser la sensación que tenían los soldados ingleses en el frente cuando tenían la oportunidad de comerlo.
Quizá no se nos hubiera pasado por la cabeza que una sencilla caja de chocolate pudiera ser un recurso valioso en tiempos de guerra, y que gracias al chocolate puede ser que esos soldados ganaran la Primera Guerra Mundial.
Ahora una exposición que se lleva a cabo en la fábrica de chocolates Rowntree’s en North Yorkshire, Inglaterra, llamada WWI: A taste of Home, conmemora no solo el primer centenario de la Primera Guerra Mundial, sino también el papel que en esos momentos tuvo el chocolate para los soldados.
En ella, que se mantendrá abierta al público hasta el 31 de diciembre de este año, se encontrarán objetos diversos, entre ellos colecciones de cajas de edición limitada, que fueron producidas para ser enviadas por el alcalde como un regalo a los ciudadanos de York que se encontarbasn en el frente, en prisiones o en sus casas de retirada, y que ellos en ese momento recibieron como un preciado tesoro.
Este regalo inspiró más de 250 “cartas de chocolate” que los propios soldados escribieron como agradecimiento, en ellas se habla del miedo, el orgullo y de cómo una pieza de chocolate podía levantar es el ánimo en esos momentos difíciles.
Lo que era un artículo de lujo en el período victoriano y eduardiano cambiará definitivamente a partir de 1818 con la aparición de las primeras barras de chocolate para “las masas”en los años veinte, y es que esta guerra condujo a un cambio fundamental en la producción y el consumo del chocolate, tanto durante como después del conflicto bélico.
A lo largo de los tiempos, el chocolate ha demostrado ser un producto valioso en épocas de guerra que se remonta a los aztecas guerreros que bebían cacao amargo para ganar fuerza y energía. Así que todo esto me hace pensar ¿pudo cambiar el rumbo de la historia unas simples cajas de chocolatinas?
Fuente: Directo al paladar
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