La Leptospirosis se transmite principalmente por el orín de los ratones y otros animales, y en ocasiones se hace un diagnóstico erróneo
Una fiebre alta, dolor en el cuerpo y malestar general puede ser algo mucho más allá del dengue o influenza. En Puerto Rico se reportan anualmente decenas de personas contaminadas con una bacteria que se transmite principalmente por el orín de los ratones y otros animales. Pero, contrario al dengue y la influenza, estos diagnósticos pueden pasar fácilmente desapercibidos ante la falta de un protocolo para atenderlos.
La epidemióloga del estado, la doctora Brenda Rivera García, dijo que en Puerto Rico hay muchos más casos de los que se le informan al Departamento de Salud.
Las estadísticas del Departamento de Salud apuntan a que para junio del año pasado se habían reportado 28 casos de esta enfermedad llamada leptospirosis.
“Yo estoy segura que fueron más porque en años lluviosos vemos más casos. El número no es lo importante, lo importante es qué conducta de riesgo pudo haber incurrido la persona”, dijo. “Cuando buscas en Google, salen eventos de tríalos en otras jurisdicciones como Wisconsin, donde hubo un tríalo donde la parte de la natación la hicieron en una laguna contaminada y las personas desarrollaron leptospirosis. Es algo que está en todas partes¨.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicó un artículo en 2012 sobre el problema de que estos casos no sean reportados correctamente en Puerto Rico. Este estudio encontró que la mayoría de los doctores y veterinarios podrían distinguir entre dengue y leptospirosis, pero aun así los casos positivos no se informan con regularidad al Departamento de Salud, según determinó el organismo con base en Estados Unidos.
Uno de los hallazgos es que entre el 60% y 90% de los casos que resultan en muerte no son reportados al Departamento de Salud, lo que implica que no fueron identificados a tiempo o no fueron reportados correctamente.
“La falta de un diagnóstico a tiempo y la ausencia de un sistema para reportar los casos positivos en animales, parecen ser las barreras principales para reportar estos casos en humanos y animales, respectivamente”, reza el informe, en el cual se asegura que se implementaría un sistema para reportar este tipo de casos.
Rivera García, quien es veterinaria, dijo que no existe un protocolo en Puerto Rico para diagnosticar este tipo de casos. Aseguró que cada médico es responsables de hacer el análisis clínico a los pacientes que llegan con estos síntomas para determinar si es dengue, influenza o que ha adquirido esta bacteria.
“Protocolo como tal, no. Eso es criterio clínico. Le corresponde al médico reportarnos a nosotros”, dijo. “El Departamento de Salud, si tienes un paciente con dengue, no le digo al clínico cómo tratar al paciente con dengue”.
Según el CDC, entre 2000 y 2009 se reportaron entre 15 y 100 casos sospechosos de leptospirosis. En 201 fueron 59 casos, de los cuales uno murió.
“En Puerto Rico, las barreras para determinar el peligro real de la leptospirosis incluyen la falta de exámenes para realizar diagnósticos, la falta de un sistema de vigilancia entre los veterinarios para determinar casos en animales y la falta de vigilancia ambiental para identificar serotipos”, reza el documento.
Una enfermedad difícil de diagnosticar
Rivera García explicó que la leptospirosis es una enfermedad común en climas tropicales y que es una de las enfermedades que se transmiten de animales a humanos.
Las personas que están a mayor riesgo de contagiarse son los que trabajan la agricultura, los ganaderos, las personas que trabajan con jardinería, los que realizan trabajos agrícolas y las personas que trabajan con alcantarillados.
Rivera García reconoció que la enfermedad también puede adquirirse por beber de una lata en la que haya orinado un ratón, pero dijo que estos son los menos casos que se reciben, pues la mayoría son de personas que han estado en contacto con la tierra o el fango.
“En algún momento dado ha ocurrido, pero no es lo representativo de la mayoría de los casos. Siempre es recomendable lavar las latas porque las latas usualmente están en almacenes, vagones y supermercados, donde hay ratas y ellas orinan indiscriminadamente sobre los productos”, dijo. “Si ves una lata amarillosa, yo ni me la tomo”.
Esta enfermedad se caracteriza por fiebres altas y muchas veces por dolor en la pantorilla y detrás de los ojos.
Rivera García reconoció que son síntomas similares a la influenza y el dengue, por lo cual el diagnóstico acertado depende de que los doctores tengan toda la información necesaria.
“El 90% de los casos que se infectan por leptospirosis no necesariamente desarrollan síntomas severos, quizá son síntomas consistentes con dengue, influenza, que es dolor de cabeza, malestar, da mucho dolor en la pantorilla y detrás del ojo. Cuando miras los ojos es como si tuvieran conjuntivitis”, dijo. “El 10% que desarrolla síntomas más severos, les da hepatitis y hasta fallo renal; y esas personas se ponen amarillas, requieren hospitalización y se ponen bien malos”.
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Una fiebre alta, dolor en el cuerpo y malestar general puede ser algo mucho más allá del dengue o influenza. En Puerto Rico se reportan anualmente decenas de personas contaminadas con una bacteria que se transmite principalmente por el orín de los ratones y otros animales. Pero, contrario al dengue y la influenza, estos diagnósticos pueden pasar fácilmente desapercibidos ante la falta de un protocolo para atenderlos.
La epidemióloga del estado, la doctora Brenda Rivera García, dijo que en Puerto Rico hay muchos más casos de los que se le informan al Departamento de Salud.
Las estadísticas del Departamento de Salud apuntan a que para junio del año pasado se habían reportado 28 casos de esta enfermedad llamada leptospirosis.
“Yo estoy segura que fueron más porque en años lluviosos vemos más casos. El número no es lo importante, lo importante es qué conducta de riesgo pudo haber incurrido la persona”, dijo. “Cuando buscas en Google, salen eventos de tríalos en otras jurisdicciones como Wisconsin, donde hubo un tríalo donde la parte de la natación la hicieron en una laguna contaminada y las personas desarrollaron leptospirosis. Es algo que está en todas partes¨.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicó un artículo en 2012 sobre el problema de que estos casos no sean reportados correctamente en Puerto Rico. Este estudio encontró que la mayoría de los doctores y veterinarios podrían distinguir entre dengue y leptospirosis, pero aun así los casos positivos no se informan con regularidad al Departamento de Salud, según determinó el organismo con base en Estados Unidos.
Uno de los hallazgos es que entre el 60% y 90% de los casos que resultan en muerte no son reportados al Departamento de Salud, lo que implica que no fueron identificados a tiempo o no fueron reportados correctamente.
“La falta de un diagnóstico a tiempo y la ausencia de un sistema para reportar los casos positivos en animales, parecen ser las barreras principales para reportar estos casos en humanos y animales, respectivamente”, reza el informe, en el cual se asegura que se implementaría un sistema para reportar este tipo de casos.
Rivera García, quien es veterinaria, dijo que no existe un protocolo en Puerto Rico para diagnosticar este tipo de casos. Aseguró que cada médico es responsables de hacer el análisis clínico a los pacientes que llegan con estos síntomas para determinar si es dengue, influenza o que ha adquirido esta bacteria.
“Protocolo como tal, no. Eso es criterio clínico. Le corresponde al médico reportarnos a nosotros”, dijo. “El Departamento de Salud, si tienes un paciente con dengue, no le digo al clínico cómo tratar al paciente con dengue”.
Según el CDC, entre 2000 y 2009 se reportaron entre 15 y 100 casos sospechosos de leptospirosis. En 201 fueron 59 casos, de los cuales uno murió.
“En Puerto Rico, las barreras para determinar el peligro real de la leptospirosis incluyen la falta de exámenes para realizar diagnósticos, la falta de un sistema de vigilancia entre los veterinarios para determinar casos en animales y la falta de vigilancia ambiental para identificar serotipos”, reza el documento.
Una enfermedad difícil de diagnosticar
Rivera García explicó que la leptospirosis es una enfermedad común en climas tropicales y que es una de las enfermedades que se transmiten de animales a humanos.
Las personas que están a mayor riesgo de contagiarse son los que trabajan la agricultura, los ganaderos, las personas que trabajan con jardinería, los que realizan trabajos agrícolas y las personas que trabajan con alcantarillados.
Rivera García reconoció que la enfermedad también puede adquirirse por beber de una lata en la que haya orinado un ratón, pero dijo que estos son los menos casos que se reciben, pues la mayoría son de personas que han estado en contacto con la tierra o el fango.
“En algún momento dado ha ocurrido, pero no es lo representativo de la mayoría de los casos. Siempre es recomendable lavar las latas porque las latas usualmente están en almacenes, vagones y supermercados, donde hay ratas y ellas orinan indiscriminadamente sobre los productos”, dijo. “Si ves una lata amarillosa, yo ni me la tomo”.
Esta enfermedad se caracteriza por fiebres altas y muchas veces por dolor en la pantorilla y detrás de los ojos.
Rivera García reconoció que son síntomas similares a la influenza y el dengue, por lo cual el diagnóstico acertado depende de que los doctores tengan toda la información necesaria.
“El 90% de los casos que se infectan por leptospirosis no necesariamente desarrollan síntomas severos, quizá son síntomas consistentes con dengue, influenza, que es dolor de cabeza, malestar, da mucho dolor en la pantorilla y detrás del ojo. Cuando miras los ojos es como si tuvieran conjuntivitis”, dijo. “El 10% que desarrolla síntomas más severos, les da hepatitis y hasta fallo renal; y esas personas se ponen amarillas, requieren hospitalización y se ponen bien malos”.
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