Buenos Aires - Un grupo de paleontólogos argentinos y estadounidenses ha descubierto que restos fósiles hallados años atrás en el noroeste de Argentina pertenecen a una especie desconocida hasta ahora que vivió en el Triásico tardío, hace 230 millones de años, informaron a Efe los científicos.
La especie, bautizada como Eodromaeus, es la del más primitivo dinosaurio conocido hasta la fecha entre los terópodos, linaje de depredadores carnívoros y bípedos que dio origen a las aves, dijo el paleontólogo Ricardo Martínez, uno de artífices del hallazgo.
Eodromaeus, el ancestro de algunos de los dinosaurios más famosos, como el Tiranosaurio Rex o el Velociraptor, “midió alrededor de 1.60 metros de largo, tenía la cola y el cuello muy largos, y pesaba no más de 7 u 8 kilos, muy liviano, del tamaño de un pavo más o menos”, comentó a Efe.
Este ejemplar de la nueva especie de dinosaurio fue hallado en el Parque de Ischigualasto, también conocido como Valle de la Luna por su orografía desértica, en la provincia argentina de San Juan, en el noroeste del país.
“Indudablemente, se trata de un carnívoro depredador, por las evidencias que tiene sobre todo en la dentición: son dientes especialmente diseñados para cortar carne”, explicó Martínez, quien trabaja en la Universidad Nacional de San Juan.
“Es bípedo y, aparentemente, buen corredor, porque es muy grácil toda la constitución del esqueleto, muy delgado y con huesos muy largos”, añadió.
Ischigualasto, de 63,000 hectáreas de extensión, ubicado a unos 1,150 kilómetros de Buenos Aires, es uno de los más ricos “yacimientos de fósiles” del mundo, donde en los últimos años se han hallado restos de las especies más primitivas de dinosaurios que se conocen.
El científico apuntó que los restos de Eodromaeus fueron encontrados en Ischigualasto en 1996, cuando se les catalogó como parte de una especie descubierta en ese parque cinco años antes y denominada Eoraptor.
Fue en 2000 cuando los científicos se percataron de que los restos, que incluyen un esqueleto casi íntegro, al que sólo le faltan unas vértebras, y otros dos “bastante” completos, pertenecen a otra especie, lo que les llevó a una nueva investigación cuyos resultados publica hoy la revista estadounidense Science.
Hasta ahora se creía que el Eoraptor, descubierto por Martínez en 1991, era un terópodo, pero gracias a este nuevo hallazgo se ha constatado que en realidad perteneció a los sauropodomorfos, “el linaje que dio origen a las formas más grandes conocidas de dinosaurios”, indicó el paleontólogo.
El grupo de científicos que trabajó en Ischigualasto terminó por descubrir que los tres principales linajes de dinosaurios (terópodos, sauropodomorfos y ornistiquios), de los que se han hallado restos en ese parque, eran más parecidos en sus orígenes de lo que se creía.
Los Eoraptor fueron contemporáneos de los Eodromaeus, aunque se diferenciaban principalmente por la forma de sus dientes y la largura de sus vértebras, que era mayor en el caso de esta última, la nueva especie identificada por los científicos.
En el trabajo presentado a Science sostienen además que los dinosaurios fueron más comunes y diversos de lo que se pensaba en la zona de Ischigualasto durante el Triásico.
La especie, bautizada como Eodromaeus, es la del más primitivo dinosaurio conocido hasta la fecha entre los terópodos, linaje de depredadores carnívoros y bípedos que dio origen a las aves, dijo el paleontólogo Ricardo Martínez, uno de artífices del hallazgo.
Eodromaeus, el ancestro de algunos de los dinosaurios más famosos, como el Tiranosaurio Rex o el Velociraptor, “midió alrededor de 1.60 metros de largo, tenía la cola y el cuello muy largos, y pesaba no más de 7 u 8 kilos, muy liviano, del tamaño de un pavo más o menos”, comentó a Efe.
Este ejemplar de la nueva especie de dinosaurio fue hallado en el Parque de Ischigualasto, también conocido como Valle de la Luna por su orografía desértica, en la provincia argentina de San Juan, en el noroeste del país.
“Indudablemente, se trata de un carnívoro depredador, por las evidencias que tiene sobre todo en la dentición: son dientes especialmente diseñados para cortar carne”, explicó Martínez, quien trabaja en la Universidad Nacional de San Juan.
“Es bípedo y, aparentemente, buen corredor, porque es muy grácil toda la constitución del esqueleto, muy delgado y con huesos muy largos”, añadió.
Ischigualasto, de 63,000 hectáreas de extensión, ubicado a unos 1,150 kilómetros de Buenos Aires, es uno de los más ricos “yacimientos de fósiles” del mundo, donde en los últimos años se han hallado restos de las especies más primitivas de dinosaurios que se conocen.
El científico apuntó que los restos de Eodromaeus fueron encontrados en Ischigualasto en 1996, cuando se les catalogó como parte de una especie descubierta en ese parque cinco años antes y denominada Eoraptor.
Fue en 2000 cuando los científicos se percataron de que los restos, que incluyen un esqueleto casi íntegro, al que sólo le faltan unas vértebras, y otros dos “bastante” completos, pertenecen a otra especie, lo que les llevó a una nueva investigación cuyos resultados publica hoy la revista estadounidense Science.
Hasta ahora se creía que el Eoraptor, descubierto por Martínez en 1991, era un terópodo, pero gracias a este nuevo hallazgo se ha constatado que en realidad perteneció a los sauropodomorfos, “el linaje que dio origen a las formas más grandes conocidas de dinosaurios”, indicó el paleontólogo.
El grupo de científicos que trabajó en Ischigualasto terminó por descubrir que los tres principales linajes de dinosaurios (terópodos, sauropodomorfos y ornistiquios), de los que se han hallado restos en ese parque, eran más parecidos en sus orígenes de lo que se creía.
Los Eoraptor fueron contemporáneos de los Eodromaeus, aunque se diferenciaban principalmente por la forma de sus dientes y la largura de sus vértebras, que era mayor en el caso de esta última, la nueva especie identificada por los científicos.
En el trabajo presentado a Science sostienen además que los dinosaurios fueron más comunes y diversos de lo que se pensaba en la zona de Ischigualasto durante el Triásico.