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Entre el enorme cúmulo de talentos que posee Kobe Bryant está lo que los entrenadores rivales describen sólo como el "levantamiento".
Es cuando Bryant suele tener a un defensivo cubriéndolo en el perímetro, obstruyendo su visión y evitando físicamente que avance. Entonces, Kobe salta con fuerza y se inclina hacia adelante o hacia atrás para lanzar un tiro perfecto.
Bryant se levantó de esta manera ante la cobertura de Grant Hill en el último minuto del partido en que los Lakers de Los Angeles ganaron el campeonato de la Conferencia Oeste a los Suns de Phoenix el sábado, con lo cual le puso su sello a una actuación en la que anotó 37 puntos y llevó a los Lakers de nuevo a la final de la NBA donde podría tener el desquite ante los Celtics de Boston.
Aun cuando Hill estuvo encima de Bryant, el astro saltó alto y lejos del alero veterano y lanzó un tiro que se convirtió en el enceste para asegurar la victoria de los Lakers. Bryant enfatizó el logro con una nalgadita al entrenador de Phoenix, Alvin Gentry.
"Le dije ’Bien defendido’ a Grant", dijo Gentry con una sonrisa de amargura. "(Bryant) dijo: ’no lo suficiente’. ... Creí que Grant iba a bloquear el tiro. Fue un triple con poca visión de tiro y con una mano en el rostro y fuera de equilibrio. Saben, eso es lo que es. Eso es realmente lo que él puede hacer".
Bryant está teniendo ciertamente la mejor postemporada de su carrera y no precisamente porque sus números sean mucho mejores que en postemporadas anteriores. Ha anotado 30 puntos en 10 de los últimos 11 partidos de los Lakers y encabezado y dirigido a un equipo con un pívot lesionado, dos titulares poco consistentes y escasa ayuda de los sustitutos, fuera de Lamar Odom, para encaminarlos hacia su tercera serie de campeonato consecutiva de la NBA, que comienza el jueves en el Staples Center.
Los sorprendentes Suns habrían tenido una gran posibilidad de eliminar a los actuales campeones de la Conferencia Oeste si Bryant no hubiera estado en su mejor momento, pues promedió 33,7 puntos, 7,2 rebotes y 8,3 asistencias en la serie y encestó el 52,1% de sus tiros, venciendo repetidamente a Phoenix con canastas hacia el final del partido.
Ahora bien, en cuanto a esos tiros que casi nadie más en la NBA puede anotar de manera consistente, Bryant no se muestra nada cohibido en emplear esta capacidad de lanzarlos cuando realmente importa.
"Sólo necesitaba crear un poco de espacio", dijo Bryant, quien extendió sus brazos como si fuera un avión cuando regresó a la banca. "Di un buen vistazo y parece ser un tiro mucho más difícil de lo que realmente es. Lo miré bien, salté con fuerza y pude anotarla", señaló.
Entre el enorme cúmulo de talentos que posee Kobe Bryant está lo que los entrenadores rivales describen sólo como el "levantamiento".
Es cuando Bryant suele tener a un defensivo cubriéndolo en el perímetro, obstruyendo su visión y evitando físicamente que avance. Entonces, Kobe salta con fuerza y se inclina hacia adelante o hacia atrás para lanzar un tiro perfecto.
Bryant se levantó de esta manera ante la cobertura de Grant Hill en el último minuto del partido en que los Lakers de Los Angeles ganaron el campeonato de la Conferencia Oeste a los Suns de Phoenix el sábado, con lo cual le puso su sello a una actuación en la que anotó 37 puntos y llevó a los Lakers de nuevo a la final de la NBA donde podría tener el desquite ante los Celtics de Boston.
Aun cuando Hill estuvo encima de Bryant, el astro saltó alto y lejos del alero veterano y lanzó un tiro que se convirtió en el enceste para asegurar la victoria de los Lakers. Bryant enfatizó el logro con una nalgadita al entrenador de Phoenix, Alvin Gentry.
"Le dije ’Bien defendido’ a Grant", dijo Gentry con una sonrisa de amargura. "(Bryant) dijo: ’no lo suficiente’. ... Creí que Grant iba a bloquear el tiro. Fue un triple con poca visión de tiro y con una mano en el rostro y fuera de equilibrio. Saben, eso es lo que es. Eso es realmente lo que él puede hacer".
Bryant está teniendo ciertamente la mejor postemporada de su carrera y no precisamente porque sus números sean mucho mejores que en postemporadas anteriores. Ha anotado 30 puntos en 10 de los últimos 11 partidos de los Lakers y encabezado y dirigido a un equipo con un pívot lesionado, dos titulares poco consistentes y escasa ayuda de los sustitutos, fuera de Lamar Odom, para encaminarlos hacia su tercera serie de campeonato consecutiva de la NBA, que comienza el jueves en el Staples Center.
Los sorprendentes Suns habrían tenido una gran posibilidad de eliminar a los actuales campeones de la Conferencia Oeste si Bryant no hubiera estado en su mejor momento, pues promedió 33,7 puntos, 7,2 rebotes y 8,3 asistencias en la serie y encestó el 52,1% de sus tiros, venciendo repetidamente a Phoenix con canastas hacia el final del partido.
Ahora bien, en cuanto a esos tiros que casi nadie más en la NBA puede anotar de manera consistente, Bryant no se muestra nada cohibido en emplear esta capacidad de lanzarlos cuando realmente importa.
"Sólo necesitaba crear un poco de espacio", dijo Bryant, quien extendió sus brazos como si fuera un avión cuando regresó a la banca. "Di un buen vistazo y parece ser un tiro mucho más difícil de lo que realmente es. Lo miré bien, salté con fuerza y pude anotarla", señaló.