La tortuga que vive en la isla de Santa Elena, en el océano Atlántico, cuenta con dos récords Guinness por sus casi dos siglos de vida
Con un plato lleno de fruta y verduras, Jonathan, la tortuga más longeva del mundo, celebró sus 190 años de vida en la Plantation House, residencia del gobernador de la isla de Santa Elena, en el océano Atlántico, donde por tres días recibió la visita de turistas quienes pudieron conocer y aprender cómo es su día a día.
Aunque no se cuenta con una fecha exacta, expertos estiman que Jonathan nació alrededor el 1832; sin embargo, no fue hasta este año que el gobernador del territorio británico, Nigel Phillips, declaró el 4 de diciembre como fecha oficial para celebrar al animal que fue traído como regalo desde las islas Seychelles para Sir William Grey-Wilson, exgobernador.
Aunque el pasar de los años lo ha llevado a perder la vista y el olfato, Jonathan aún conserva un buen oído y energía suficiente que le permite llevar una buena vida gracias al resguardo de sus cuidadores en el jardín de la residencia del gobernador.
Joe Hollins, veterinario de Jonathan, comenta que el clima también tiene mucho que ver con cómo se siente el animal. “En los días templados, toma el sol: su largo cuello y piernas se estiran completamente fuera de su caparazón para absorber el calor y transferirlo a su centro. Y en climas más fríos, prefiere enterrarse en el moho de las hojas”.
Ya que la convivencia con otros animales es importante para esta tortuga, Jonathan comparte estancia con otros tres gigantes que son casi tan longevos y famosos como él. Incluso, aún cuenta con una buena libido y se lo ve frecuentemente apareándose con ellos.
Debido a sus años de vida, Guinness World Records, le ha otorgado a Jonathan reconocimientos en dos ocasiones; la primera como el quelonio más antiguo, una categoría que abarca todas las tortugas, tortugas acuáticas y tortugas terrestres, y como el animal más viejo.
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Con un plato lleno de fruta y verduras, Jonathan, la tortuga más longeva del mundo, celebró sus 190 años de vida en la Plantation House, residencia del gobernador de la isla de Santa Elena, en el océano Atlántico, donde por tres días recibió la visita de turistas quienes pudieron conocer y aprender cómo es su día a día.
Aunque no se cuenta con una fecha exacta, expertos estiman que Jonathan nació alrededor el 1832; sin embargo, no fue hasta este año que el gobernador del territorio británico, Nigel Phillips, declaró el 4 de diciembre como fecha oficial para celebrar al animal que fue traído como regalo desde las islas Seychelles para Sir William Grey-Wilson, exgobernador.
Aunque el pasar de los años lo ha llevado a perder la vista y el olfato, Jonathan aún conserva un buen oído y energía suficiente que le permite llevar una buena vida gracias al resguardo de sus cuidadores en el jardín de la residencia del gobernador.
Joe Hollins, veterinario de Jonathan, comenta que el clima también tiene mucho que ver con cómo se siente el animal. “En los días templados, toma el sol: su largo cuello y piernas se estiran completamente fuera de su caparazón para absorber el calor y transferirlo a su centro. Y en climas más fríos, prefiere enterrarse en el moho de las hojas”.
Ya que la convivencia con otros animales es importante para esta tortuga, Jonathan comparte estancia con otros tres gigantes que son casi tan longevos y famosos como él. Incluso, aún cuenta con una buena libido y se lo ve frecuentemente apareándose con ellos.
Debido a sus años de vida, Guinness World Records, le ha otorgado a Jonathan reconocimientos en dos ocasiones; la primera como el quelonio más antiguo, una categoría que abarca todas las tortugas, tortugas acuáticas y tortugas terrestres, y como el animal más viejo.
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