El suelo, que hace 3 años no producía nada, logró obtener abundancia de flores y frutos, lo que atrajo pájaros y abejas. El método ha sido adoptado en varias regiones de Brasil y del mundo.
La lucha contra el cambio climático es tarea de todos. Así lo han demostrado unos agricultores que convirtieron un suelo desértico en un lugar lleno de vegetación, en el que habita una fauna diversa. Conoce cuál fue el proceso en Poções, un pequeño municipio en la región semiárida del estado de Bahía, en la zona noreste de Brasil.
En el lugar, la presencia de cactus, suculentas y árboles de la caatinga, una región de vegetación espinosa, desentona notablemente con los pastos degradados y las tierras desnudas de los alrededores.
¿Quién es el responsable del logro ambiental?
Se trata del ingeniero retirado Nelson Araújo Filho, de 66 años. En diálogo con BBC News Brasil, contó: “Cuando comencé aquí, el suelo estaba compactado y no producía nada”.
Araújo relató que, durante varios años, en esos terrenos, que son propiedad de su padre, se sembraba maíz y mandioca. Sin embargo, se convirtió en pasto para el ganado.
De acuerdo al Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes Satelitales de la Universidad Federal de Alagoas, el tiempo de uso intenso desgastó el suelo y lo dejó a punto de convertirse en desierto, fenómeno que daña al 13% de la tierra en la región denominada como el semiárido brasileño.
El ingeniero empezó a revertir el procedimiento hace tres años con la implementación de un sistema agroforestal de 1,8 hectáreas, un espacio equivalente a dos canchas reglamentarias de fútbol. Cabe mencionar que el proceso ha sido adaptado en diferentes regiones del gigante sudamericano.
Mejoramiento del suelo sin riego
Al comienzo, Araújo sembró especies de la caatinga local que pueden resistir inclusive en tierra degradada, como por ejemplo cactus forrajeros y avelós. Luego podó la vegetación constantemente y utilizó todo el material cortado para cubrir y abonar el terreno.
Poco a poco, las condiciones mejoraron y surgieron especies como árboles grandes y frutales. Posteriormente, la abundante flora atrajo aves e insectos, y animales salvajes como los siervos.
“No falta agua en la caatinga”, relató el campesino, en alusión al rocío que moja la vegetación todas las noches y lo deja con la ropa húmeda cuando visita la agrofloresta durante las primeras horas del día.
Instrumento para frenar el cambio climático
Según los meteorólogos, los sistemas agroforestales son herramientas tanto para adaptarse al cambio como para disminuir su ritmo de deterioro.
La diversidad de sistemas hace que los agricultores sean menos vulnerables a los climas extremos, al mismo tiempo que las agroflorestas incrementan la absorción de carbono de la atmósfera.
El semiárido brasileño fue una de las regiones más perjudicadas por el cambio climático en el mundo, de acuerdo a los expertos, recogió la BBC.
En un informe publicado en agosto del año pasado, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sostuvo que la región semiárida ha estado afrontando sequías más fuertes y temperaturas más altas, condiciones que tienden a apresurar la desertificación de sus superficies.
A causa de este lamentable escenario, se necesita sustituir una agricultura que consuma los suelos por otra capaz de repararlos.
En su informe de 2019, el IPCC expresó que “los sistemas agroforestales pueden contribuir a mejorar la productividad alimentaria, al tiempo que mejoran la conservación de la biodiversidad, el equilibrio ecológico y la restauración en condiciones climáticas cambiantes”.
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La lucha contra el cambio climático es tarea de todos. Así lo han demostrado unos agricultores que convirtieron un suelo desértico en un lugar lleno de vegetación, en el que habita una fauna diversa. Conoce cuál fue el proceso en Poções, un pequeño municipio en la región semiárida del estado de Bahía, en la zona noreste de Brasil.
En el lugar, la presencia de cactus, suculentas y árboles de la caatinga, una región de vegetación espinosa, desentona notablemente con los pastos degradados y las tierras desnudas de los alrededores.
¿Quién es el responsable del logro ambiental?
Se trata del ingeniero retirado Nelson Araújo Filho, de 66 años. En diálogo con BBC News Brasil, contó: “Cuando comencé aquí, el suelo estaba compactado y no producía nada”.
Araújo relató que, durante varios años, en esos terrenos, que son propiedad de su padre, se sembraba maíz y mandioca. Sin embargo, se convirtió en pasto para el ganado.
De acuerdo al Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes Satelitales de la Universidad Federal de Alagoas, el tiempo de uso intenso desgastó el suelo y lo dejó a punto de convertirse en desierto, fenómeno que daña al 13% de la tierra en la región denominada como el semiárido brasileño.
El ingeniero empezó a revertir el procedimiento hace tres años con la implementación de un sistema agroforestal de 1,8 hectáreas, un espacio equivalente a dos canchas reglamentarias de fútbol. Cabe mencionar que el proceso ha sido adaptado en diferentes regiones del gigante sudamericano.
Mejoramiento del suelo sin riego
Al comienzo, Araújo sembró especies de la caatinga local que pueden resistir inclusive en tierra degradada, como por ejemplo cactus forrajeros y avelós. Luego podó la vegetación constantemente y utilizó todo el material cortado para cubrir y abonar el terreno.
Poco a poco, las condiciones mejoraron y surgieron especies como árboles grandes y frutales. Posteriormente, la abundante flora atrajo aves e insectos, y animales salvajes como los siervos.
“No falta agua en la caatinga”, relató el campesino, en alusión al rocío que moja la vegetación todas las noches y lo deja con la ropa húmeda cuando visita la agrofloresta durante las primeras horas del día.
Instrumento para frenar el cambio climático
Según los meteorólogos, los sistemas agroforestales son herramientas tanto para adaptarse al cambio como para disminuir su ritmo de deterioro.
La diversidad de sistemas hace que los agricultores sean menos vulnerables a los climas extremos, al mismo tiempo que las agroflorestas incrementan la absorción de carbono de la atmósfera.
El semiárido brasileño fue una de las regiones más perjudicadas por el cambio climático en el mundo, de acuerdo a los expertos, recogió la BBC.
En un informe publicado en agosto del año pasado, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sostuvo que la región semiárida ha estado afrontando sequías más fuertes y temperaturas más altas, condiciones que tienden a apresurar la desertificación de sus superficies.
A causa de este lamentable escenario, se necesita sustituir una agricultura que consuma los suelos por otra capaz de repararlos.
En su informe de 2019, el IPCC expresó que “los sistemas agroforestales pueden contribuir a mejorar la productividad alimentaria, al tiempo que mejoran la conservación de la biodiversidad, el equilibrio ecológico y la restauración en condiciones climáticas cambiantes”.
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