China es una de las potencias mundiales en la actualidad, pero hace un tiempo Reino Unido, Francia y otros países la devastaron usando una de las sustancias más adictivas. Conoce cómo fue el cataclismo del milenario ‘imperio celestial’ chino.
China es un país que tiene mucho por contarnos y, pese a que en la actualidad está inmerso en la discusión de potencias mundiales, hubo un tiempo en el que no solo llegó a ser poco poderoso, sino también completamente devastado por las naciones que ahora se preocupan por su gran crecimiento. ¿Sabías que una muy peligrosa sustancia que aún se usa hoy en día tuvo mucho que ver?
En China siempre se ha hablado un idioma (al menos uno central) y su unidad —al menos política— es algo muy poco visto en otras partes del mundo, sobre todo por tan prolongado tiempo.
El siglo de la humillación: cuando arruinaron China en el siglo XIX
A partir del siglo XVII, la nación fue gobernada por la dinastía Qing, la cual sería la última antes de la China moderna que conocemos todos, pero también la que recibiría una de las peores humillaciones que un país podría recibir. Este suceso se debería al uso de una sustancia muy adictiva.
¿Qué droga tuvo que ver con el desastre chino?
El opio es un derivado de la adormidera, la misma planta de la cual se origina la heroína. Si bien esta sustancia fue conocida por siglos para fines medicinales, en China, muchos la empezaron a usar recreativamente desde que la comenzaron a vender los mongoles. Tras esto, una ola de adicción puso en aprietos el orden del imperio.
Siglos más adelante, el imperio británico se convertiría en la mayor potencia del mundo, principalmente por su poder en los mares. Puesto que China era el mercado más grande ya para ese entonces, el comercio entre estas naciones podía ser de gran provecho para ambas.
Sin embargo, había un problema. Si bien los ingleses tenían un gran interés por el té, la seda y la porcelana (provenientes de China), los chinos no encontraban atracción por casi ningún bien llegado de Europa. La conocida misión de Macartney fue una clara evidencia de esto, y condenaba al Reino Unido al déficit comercial, puesto que solo podían intercambiar lo importado por plata.
Fue en dicho momento que entró a regir el opio, que los ingleses cultivaban en la India. Pronto, este se convirtió en el producto más ofrecido por los británicos en China, aunque por medio del contrabando, ya que estaba prohibido. La droga había generado una ola de adicción que afectaba a un tercio de su población y, para sus gobernantes, era responsable de la decadencia moral.
¿Cómo fueron las guerras del opio?
La adicción al opio en China ya era un problema grave desde el siglo XVI. Lo habían declarado ilegal en 1729, 1799, 1814 y 1831, pero, en 1834, el emperador chino decidió encargar al funcionario Lin Hse Tsu para encargarse personalmente del problema.
En 1839, Lin Hse Tsu envió una carta a la reina Victoria de Inglaterra a fin de explicarle cómo el opio ingresaba a China por medio del contrabando facilitado por los navíos ingleses. La carta nunca llegó a las manos de la monarca. Puedes leer una porción de esta en este enlace en inglés (recomendamos usar el traductor del navegador).
Tras no recibir respuesta, el oficial ordenó entonces confiscar todas las existencias de opio en Cantón. Nunca se imaginaron que este había sido previamente garantizado por el astuto superintendente inglés Charles Elliot, que lo había firmado como “propiedad del imperio británico”.
La quema público del opio. Foto: lsqww
Después de que los chinos quemaron todo el opio públicamente, Elliot tomó esto de excusa para presionar sobre el Parlamento inglés y convencerlos de intervenir militarmente. El superintendente alegó “daños a la propiedad británica”. Tras un año, la Cámara de los Comunes accedió y envió a la armada, que llegó en poco menos de dos meses. Con su superior poderío naval, los ingleses provocaron la rendición de China en 1842.
¿Qué potencias saquearon China?
La primera guerra del opio concluyó en 1842 con el tratado de Nankín, en el que el Reino Unido impuso a China abrir cinco puertos para el comercio, un pago de 21 millones de dólares por reparación de guerra y ceder la famosa isla de Hong Kong, ubicada al sur de Cantón.
Aun así, el opio siguió siendo teóricamente ilegal en China, pero el contrabando inglés continuaba ahora con más fuerza y en más puertos. Los chinos delegaron una segunda comisión para frenar el contrabando, esta vez liderada por Ye Mingchen, quien protagonizó el conocido incidente del Arrow, un barco inglés confiscado y cuya tripulación fue arrojada al mar.
La destrucción del Palacio de Verano. Foto: daydaynews
Francia y Reino Unido aprovecharon el incidente para declarar la guerra nuevamente. Esta vez, el saldo fue peor para los chinos. Les obligaron a legalizar el opio, los forzaron a abrir 10 puertos más y les exigieron más reparaciones de guerra. Asimismo, los extranjeros ocuparon la ‘ciudad prohibida’ (residencia del emperador) y saquearon el famoso Antiguo Palacio de Verano (Yuanmingyuan).
El saqueo del Palacio de Verano, el orgullo de la civilización china
El Palacio de Verano fue un complejo de jardines y palacios de 8 kilómetros cuadrados, considerado como la cumbre del milenario arte del jardín chino, que contaba con tesoros y asombrosa arquitectura. Había sido abierto a inicios del siglo XVIII y era considerado el ‘Versalles del este’.
Caja de oro subastada en Paris en 2009. El negocio de las antigüedades robadas del Palacio de Verano sigue latente hasta la actualidad. Foto: cultureindevelopment
Los franceses y británicos arrasaron el lugar. Además, se dice que la construcción era tan grande que les tomó a 4.000 hombres tres días para destruirlo. Se hizo un enorme botín con todas las esculturas de jade, porcelana, piezas de seda, objetos de oro y más que había en el recinto. Muchas de estas piezas han logrado ser identificadas en 47 museos en la actualidad, según la Unesco.
Las ruinas del Palacio de Verano se exhiben hasta el día de hoy en China para turistas chinos y extranjeros. Es considerado un recuerdo fehaciente de aquel siglo de la humillación y de los tratados desiguales derivados de las dos guerras del opio.
El Palacio de Verano en nuestros días. Foto: chinahighlights
El Palacio de Verano en nuestros días. Foto: chinahighlights
¿Qué pasó con China después de las guerras del opio?
La una vez poderosa dinastía Qing sucumbió rápidamente ante las crisis provocadas por la guerra y solo sobreviviría hasta 1912, tras enfrentar más tratados desiguales provocados por guerras contra otras potencias en el auge del industrialismo, como Rusia y la propia Japón.
Los chinos se catalogaban como el imperio más grande del mundo y consideraban bárbaros a los demás países, pero lo cierto es que su desarrollo tecnológico y militar no estaba a la par de aquel desarrollado por los europeos.
En el siglo XX, una rebelión pondría fin a la dinastía Qing y se conformaría la República China, la cual estuvo siempre presionada por dos factores, por un lado, por el partido comunista chino, y en el otro, por el imperialismo japonés. Los comunistas se alzarían en una guerra civil desatada en 1947, provocando que los republicanos escapen a Taiwán y se instaure la República Popular China en 1949.
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China es un país que tiene mucho por contarnos y, pese a que en la actualidad está inmerso en la discusión de potencias mundiales, hubo un tiempo en el que no solo llegó a ser poco poderoso, sino también completamente devastado por las naciones que ahora se preocupan por su gran crecimiento. ¿Sabías que una muy peligrosa sustancia que aún se usa hoy en día tuvo mucho que ver?
En China siempre se ha hablado un idioma (al menos uno central) y su unidad —al menos política— es algo muy poco visto en otras partes del mundo, sobre todo por tan prolongado tiempo.
El siglo de la humillación: cuando arruinaron China en el siglo XIX
A partir del siglo XVII, la nación fue gobernada por la dinastía Qing, la cual sería la última antes de la China moderna que conocemos todos, pero también la que recibiría una de las peores humillaciones que un país podría recibir. Este suceso se debería al uso de una sustancia muy adictiva.
¿Qué droga tuvo que ver con el desastre chino?
El opio es un derivado de la adormidera, la misma planta de la cual se origina la heroína. Si bien esta sustancia fue conocida por siglos para fines medicinales, en China, muchos la empezaron a usar recreativamente desde que la comenzaron a vender los mongoles. Tras esto, una ola de adicción puso en aprietos el orden del imperio.
Siglos más adelante, el imperio británico se convertiría en la mayor potencia del mundo, principalmente por su poder en los mares. Puesto que China era el mercado más grande ya para ese entonces, el comercio entre estas naciones podía ser de gran provecho para ambas.
Sin embargo, había un problema. Si bien los ingleses tenían un gran interés por el té, la seda y la porcelana (provenientes de China), los chinos no encontraban atracción por casi ningún bien llegado de Europa. La conocida misión de Macartney fue una clara evidencia de esto, y condenaba al Reino Unido al déficit comercial, puesto que solo podían intercambiar lo importado por plata.
Fue en dicho momento que entró a regir el opio, que los ingleses cultivaban en la India. Pronto, este se convirtió en el producto más ofrecido por los británicos en China, aunque por medio del contrabando, ya que estaba prohibido. La droga había generado una ola de adicción que afectaba a un tercio de su población y, para sus gobernantes, era responsable de la decadencia moral.
¿Cómo fueron las guerras del opio?
La adicción al opio en China ya era un problema grave desde el siglo XVI. Lo habían declarado ilegal en 1729, 1799, 1814 y 1831, pero, en 1834, el emperador chino decidió encargar al funcionario Lin Hse Tsu para encargarse personalmente del problema.
En 1839, Lin Hse Tsu envió una carta a la reina Victoria de Inglaterra a fin de explicarle cómo el opio ingresaba a China por medio del contrabando facilitado por los navíos ingleses. La carta nunca llegó a las manos de la monarca. Puedes leer una porción de esta en este enlace en inglés (recomendamos usar el traductor del navegador).
Tras no recibir respuesta, el oficial ordenó entonces confiscar todas las existencias de opio en Cantón. Nunca se imaginaron que este había sido previamente garantizado por el astuto superintendente inglés Charles Elliot, que lo había firmado como “propiedad del imperio británico”.
La quema público del opio. Foto: lsqww
Después de que los chinos quemaron todo el opio públicamente, Elliot tomó esto de excusa para presionar sobre el Parlamento inglés y convencerlos de intervenir militarmente. El superintendente alegó “daños a la propiedad británica”. Tras un año, la Cámara de los Comunes accedió y envió a la armada, que llegó en poco menos de dos meses. Con su superior poderío naval, los ingleses provocaron la rendición de China en 1842.
¿Qué potencias saquearon China?
La primera guerra del opio concluyó en 1842 con el tratado de Nankín, en el que el Reino Unido impuso a China abrir cinco puertos para el comercio, un pago de 21 millones de dólares por reparación de guerra y ceder la famosa isla de Hong Kong, ubicada al sur de Cantón.
Aun así, el opio siguió siendo teóricamente ilegal en China, pero el contrabando inglés continuaba ahora con más fuerza y en más puertos. Los chinos delegaron una segunda comisión para frenar el contrabando, esta vez liderada por Ye Mingchen, quien protagonizó el conocido incidente del Arrow, un barco inglés confiscado y cuya tripulación fue arrojada al mar.
La destrucción del Palacio de Verano. Foto: daydaynews
Francia y Reino Unido aprovecharon el incidente para declarar la guerra nuevamente. Esta vez, el saldo fue peor para los chinos. Les obligaron a legalizar el opio, los forzaron a abrir 10 puertos más y les exigieron más reparaciones de guerra. Asimismo, los extranjeros ocuparon la ‘ciudad prohibida’ (residencia del emperador) y saquearon el famoso Antiguo Palacio de Verano (Yuanmingyuan).
El saqueo del Palacio de Verano, el orgullo de la civilización china
El Palacio de Verano fue un complejo de jardines y palacios de 8 kilómetros cuadrados, considerado como la cumbre del milenario arte del jardín chino, que contaba con tesoros y asombrosa arquitectura. Había sido abierto a inicios del siglo XVIII y era considerado el ‘Versalles del este’.
Caja de oro subastada en Paris en 2009. El negocio de las antigüedades robadas del Palacio de Verano sigue latente hasta la actualidad. Foto: cultureindevelopment
Los franceses y británicos arrasaron el lugar. Además, se dice que la construcción era tan grande que les tomó a 4.000 hombres tres días para destruirlo. Se hizo un enorme botín con todas las esculturas de jade, porcelana, piezas de seda, objetos de oro y más que había en el recinto. Muchas de estas piezas han logrado ser identificadas en 47 museos en la actualidad, según la Unesco.
Las ruinas del Palacio de Verano se exhiben hasta el día de hoy en China para turistas chinos y extranjeros. Es considerado un recuerdo fehaciente de aquel siglo de la humillación y de los tratados desiguales derivados de las dos guerras del opio.
El Palacio de Verano en nuestros días. Foto: chinahighlights
El Palacio de Verano en nuestros días. Foto: chinahighlights
¿Qué pasó con China después de las guerras del opio?
La una vez poderosa dinastía Qing sucumbió rápidamente ante las crisis provocadas por la guerra y solo sobreviviría hasta 1912, tras enfrentar más tratados desiguales provocados por guerras contra otras potencias en el auge del industrialismo, como Rusia y la propia Japón.
Los chinos se catalogaban como el imperio más grande del mundo y consideraban bárbaros a los demás países, pero lo cierto es que su desarrollo tecnológico y militar no estaba a la par de aquel desarrollado por los europeos.
En el siglo XX, una rebelión pondría fin a la dinastía Qing y se conformaría la República China, la cual estuvo siempre presionada por dos factores, por un lado, por el partido comunista chino, y en el otro, por el imperialismo japonés. Los comunistas se alzarían en una guerra civil desatada en 1947, provocando que los republicanos escapen a Taiwán y se instaure la República Popular China en 1949.
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