“La maratón de la esperanza”: esta es la hazaña del hombre que atravesó Canadá corriendo, inspiró al mundo y se convirtió en héroe.
Terrance Stanley Fox tenía apenas 18 años cuando le diagnosticaron un sarcoma osteogénico (cáncer de huesos), por lo que tuvieron que amputarle la pierna.
Desde pequeño fue un apasionado por los deportes: practicaba futbol, rugby, béisbol y, sobre todo, el baloncesto, donde logró formar parte del equipo local a pesar de los intentos del entrenador por disuadirlo debido a su estatura.
Esta es la historia del joven que corrió 5.373 km para recaudar dinero y evitar que más gente sufra por el cáncer.
La hazaña de Terry Fox
Cuando Terry estuvo en el hospital pudo ver el sufrimiento de pacientes con cáncer, muchos de ellos menores de edad. Por ello, tuvo la idea de crear la Maratón de la Esperanza para recaudar 1 millón de dólares y financiar investigaciones sobre el cáncer.
“Pensamos que estaba entrenando para el maratón de Vancouver, pero no era así. Vino a casa y le dijo a mi mamá (...) que quería correr por todo Canadá para recaudar dinero que destinaría a la investigación sobre el cáncer y así nadie más tendría que sufrir por ello”, le dijo el hermano, Fred.
“Mi mamá tenía una idea diferente. Le dijo: ‘¿Por qué vas a correr por todo Canadá? Corre por British Columbia y termina en Stanley Park, recauda dinero de esa manera’. Terry le respondió: ‘Mamá, no solo la gente en British Columbia tiene cáncer, gente en todo el país lo sufre’”, añadió el hermano
“Terry daba todo lo que tenía para correr cada día. Seguramente tenía dolor; después su salud no estaba muy bien (…) Tuve la oportunidad de ver a Terry cuando llegó a Toronto. Fue impresionante. Decenas de miles de personas se alineaban en las calles para alentarlo a medida de que avanzaba”, finalizó el hermano.
Terry comenzó a correr el 12 de abril de 1980 en Newfoundland y terminó en Ontario el 1 de setiembre del mismo año. Luego de 143 días y 5.373 kilómetros recorridos, tuvo que detenerse porque el cáncer se había esparcido por otros órganos.
“Originalmente, hace tres años y medio, tuve cáncer en mi rodilla, el cáncer se ha extendido y ahora tengo cáncer en mis pulmones. Tengo que regresar a casa e intentar más tratamiento”, declaró en aquel entonces Terry a la prensa, y dijo que mantenía la ilusión de recuperarse y continuar corriendo.
“No soy el único, le pasa a la gente todo el tiempo. No soy especial. Esto solo intensifica lo que hice. Le da una mayor trascendencia. Inspirará a más personas. Yo solo quiero que la gente se dé cuenta que todo es posible si lo intentas”, dijo Terry.
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Carrera en honor a Fox en Cuba. Foto: AFP
El legado del joven
El 28 de junio de 1981 Terry murió. Tenía 22 años y logró recaudar más de US$24 millones de dólares. En su honor Cuba, Perú y Argentina celebran maratones.
“Terry nos dio un propósito en la vida. Él sacrificó su vida por lo que creía, por lo que era importante. Hay momentos específicos como el día que murió, o cuando tuvo que dejar de correr, el primero de septiembre de 1980, que son difíciles”, dice el hermano.
“El legado de Terry se mide no en las millas que viajó, sino en el impacto que sigue teniendo sobre millones de vidas en todo el mundo. El impacto se ha traducido en eventos en su honor en 32 países del mundo”, explica la fundación Terry Fox Foundation, creada para continuar su misión.
Terrance Stanley Fox tenía apenas 18 años cuando le diagnosticaron un sarcoma osteogénico (cáncer de huesos), por lo que tuvieron que amputarle la pierna.
Desde pequeño fue un apasionado por los deportes: practicaba futbol, rugby, béisbol y, sobre todo, el baloncesto, donde logró formar parte del equipo local a pesar de los intentos del entrenador por disuadirlo debido a su estatura.
Esta es la historia del joven que corrió 5.373 km para recaudar dinero y evitar que más gente sufra por el cáncer.
La hazaña de Terry Fox
Cuando Terry estuvo en el hospital pudo ver el sufrimiento de pacientes con cáncer, muchos de ellos menores de edad. Por ello, tuvo la idea de crear la Maratón de la Esperanza para recaudar 1 millón de dólares y financiar investigaciones sobre el cáncer.
“Pensamos que estaba entrenando para el maratón de Vancouver, pero no era así. Vino a casa y le dijo a mi mamá (...) que quería correr por todo Canadá para recaudar dinero que destinaría a la investigación sobre el cáncer y así nadie más tendría que sufrir por ello”, le dijo el hermano, Fred.
“Mi mamá tenía una idea diferente. Le dijo: ‘¿Por qué vas a correr por todo Canadá? Corre por British Columbia y termina en Stanley Park, recauda dinero de esa manera’. Terry le respondió: ‘Mamá, no solo la gente en British Columbia tiene cáncer, gente en todo el país lo sufre’”, añadió el hermano
“Terry daba todo lo que tenía para correr cada día. Seguramente tenía dolor; después su salud no estaba muy bien (…) Tuve la oportunidad de ver a Terry cuando llegó a Toronto. Fue impresionante. Decenas de miles de personas se alineaban en las calles para alentarlo a medida de que avanzaba”, finalizó el hermano.
Terry comenzó a correr el 12 de abril de 1980 en Newfoundland y terminó en Ontario el 1 de setiembre del mismo año. Luego de 143 días y 5.373 kilómetros recorridos, tuvo que detenerse porque el cáncer se había esparcido por otros órganos.
“Originalmente, hace tres años y medio, tuve cáncer en mi rodilla, el cáncer se ha extendido y ahora tengo cáncer en mis pulmones. Tengo que regresar a casa e intentar más tratamiento”, declaró en aquel entonces Terry a la prensa, y dijo que mantenía la ilusión de recuperarse y continuar corriendo.
“No soy el único, le pasa a la gente todo el tiempo. No soy especial. Esto solo intensifica lo que hice. Le da una mayor trascendencia. Inspirará a más personas. Yo solo quiero que la gente se dé cuenta que todo es posible si lo intentas”, dijo Terry.
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Carrera en honor a Fox en Cuba. Foto: AFP
El legado del joven
El 28 de junio de 1981 Terry murió. Tenía 22 años y logró recaudar más de US$24 millones de dólares. En su honor Cuba, Perú y Argentina celebran maratones.
“Terry nos dio un propósito en la vida. Él sacrificó su vida por lo que creía, por lo que era importante. Hay momentos específicos como el día que murió, o cuando tuvo que dejar de correr, el primero de septiembre de 1980, que son difíciles”, dice el hermano.
“El legado de Terry se mide no en las millas que viajó, sino en el impacto que sigue teniendo sobre millones de vidas en todo el mundo. El impacto se ha traducido en eventos en su honor en 32 países del mundo”, explica la fundación Terry Fox Foundation, creada para continuar su misión.