Los líderes de las naciones europeas aseguran que el paquete de sanciones "perjudicará mucho" a Rusia
Las Naciones Unidas tuvieron ayer, lunes, una reunión de emergencia en Ucrania. >Evan Schneider/United Nations
BRUSELAS — Los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) acordaron ayer por unanimidad una primera serie de sanciones contra funcionarios rusos por sus acciones en Ucrania, anunció el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian.
El comisionado de política exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, aseguró que el paquete aprobado ayer “perjudicará a Rusia... la perjudicará mucho”. Borrell agregó que las sanciones afectarían a los miembros de la cámara baja del Parlamento ruso y otras personas involucradas en la aprobación del despliegue de tropas rusas en las regiones del este de Ucrania controladas por los separatistas.
Aseguró que el paquete también afectará la financiación rusa de las políticas relacionadas con Ucrania, al limitar el acceso a los mercados financieros de la UE. “Esta historia no ha terminado”, advirtió Borrell sobre las acciones rusas en Ucrania.
El anuncio de la UE fue parte de los esfuerzos de los gobernantes de todo el mundo por adoptar una respuesta lo más contundente posible, con la esperanza de evitar una guerra declarada en Europa, tras la orden del presidente ruso, Vladimir Putin, de desplegar tropas en las regiones separatistas del este de Ucrania.
Alemania dio el primer paso importante al detener el proceso de certificación del gasoducto ruso Nord Stream 2, una transacción rentable largamente deseada por Moscú, pero que según Estados Unidos profundiza la dependencia europea del hidrocarburo ruso.
El resto de la Unión Europea puso algunas de sus cartas sobre la mesa al anunciar sanciones a funcionarios rusos, bancos que financian las fuerzas armadas rusas y limitar el acceso de Moscú a los mercados financieros y de capitales europeos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció que Gran Bretaña estaba imponiendo sanciones a cinco bancos y tres oligarcas en Rusia —ya sancionados por Estados Unidos— por los últimos pasos militares rusos en Ucrania. Johnson precisó a los legisladores que las sanciones afectarían a Rossiya Bank, IS Bank, General Bank, Promsvyazbank y Black Sea Bank.
Estados Unidos también anunció ayer la aplicación de nuevas sanciones contra Rusia.
La Casa Blanca calificó el despliegue de tropas rusas como una “invasión”, una línea roja que el presidente Joe Biden había dicho que resultaría en fuertes sanciones norteamericanas contra Moscú.
El jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, insistió en que si Putin se adentra más en Ucrania, el Occidente se movería al unísono. “Si Rusia decide una vez más usar la fuerza contra Ucrania, habrá sanciones aún más fuertes, incluso un precio más alto a pagar”, afirmó.
Occidente destacó que los avances de Putin en Ucrania violan innumerables acuerdos internacionales y que, al fracasar las palabras de la diplomacia, ha llegado la hora de pasar a la acción.
Las potencias occidentales han resuelto desde hace tiempo que el destino de Ucrania no merece un enfrentamiento militar directo con Rusia y la posibilidad de una guerra mundial, por lo que las sanciones eran la única y limitada opción.
“No hay límites a lo bajo que están dispuestos a caer, no hay mentiras demasiado descaradas, no hay líneas rojas que no estén dispuestos a cruzar”, indicó la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, al resumir el disgusto que se siente en América del Norte, Europa y las democracias fronterizas con Rusia, Japón y Corea del Sur.
Sin embargo, Putin siguió confundiendo al mundo con una estrategia que no dejaba en claro los alcances de una invasión, algo que provocaría la aplicación de las sanciones más graves.
Rusia aseguró que estaba enviando “fuerzas de paz” al este de Ucrania, pero el comisionado Borrell enfatizó que “tropas” rusas se encontraban en territorio soberano ucraniano. “Yo no diría que es una invasión en toda regla, pero hay tropas rusas en tierra ucraniana”, admitió Borrell.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, no se anduvo con rodeos. “Rusia ya ha invadido Ucrania. Lo hicieron en 2014, ocuparon ilegalmente Crimea y Donbás. Esta es una nueva invasión de su territorio soberano”, añadió Wallace.
Cualquiera que sea la descripción, los últimos acontecimientos fueron suficientes para obligar al bloque de 27 naciones a entrar en modo de alerta máxima, y los ministros de Relaciones Exteriores de la UE estaban por decidir ayer qué tan profundo sería un primer lote de sanciones.
Es probable que no llegue al paquete “masivo” con el que amenazaron la UE y Washington ante una invasión militar total en el territorio nacional que Kiev aún controla. “La forma en que respondamos nos definirá para las generaciones venideras”, aseguró Simonyte.
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Las Naciones Unidas tuvieron ayer, lunes, una reunión de emergencia en Ucrania. >Evan Schneider/United Nations
BRUSELAS — Los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) acordaron ayer por unanimidad una primera serie de sanciones contra funcionarios rusos por sus acciones en Ucrania, anunció el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian.
El comisionado de política exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, aseguró que el paquete aprobado ayer “perjudicará a Rusia... la perjudicará mucho”. Borrell agregó que las sanciones afectarían a los miembros de la cámara baja del Parlamento ruso y otras personas involucradas en la aprobación del despliegue de tropas rusas en las regiones del este de Ucrania controladas por los separatistas.
Aseguró que el paquete también afectará la financiación rusa de las políticas relacionadas con Ucrania, al limitar el acceso a los mercados financieros de la UE. “Esta historia no ha terminado”, advirtió Borrell sobre las acciones rusas en Ucrania.
El anuncio de la UE fue parte de los esfuerzos de los gobernantes de todo el mundo por adoptar una respuesta lo más contundente posible, con la esperanza de evitar una guerra declarada en Europa, tras la orden del presidente ruso, Vladimir Putin, de desplegar tropas en las regiones separatistas del este de Ucrania.
Alemania dio el primer paso importante al detener el proceso de certificación del gasoducto ruso Nord Stream 2, una transacción rentable largamente deseada por Moscú, pero que según Estados Unidos profundiza la dependencia europea del hidrocarburo ruso.
El resto de la Unión Europea puso algunas de sus cartas sobre la mesa al anunciar sanciones a funcionarios rusos, bancos que financian las fuerzas armadas rusas y limitar el acceso de Moscú a los mercados financieros y de capitales europeos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció que Gran Bretaña estaba imponiendo sanciones a cinco bancos y tres oligarcas en Rusia —ya sancionados por Estados Unidos— por los últimos pasos militares rusos en Ucrania. Johnson precisó a los legisladores que las sanciones afectarían a Rossiya Bank, IS Bank, General Bank, Promsvyazbank y Black Sea Bank.
Estados Unidos también anunció ayer la aplicación de nuevas sanciones contra Rusia.
La Casa Blanca calificó el despliegue de tropas rusas como una “invasión”, una línea roja que el presidente Joe Biden había dicho que resultaría en fuertes sanciones norteamericanas contra Moscú.
El jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, insistió en que si Putin se adentra más en Ucrania, el Occidente se movería al unísono. “Si Rusia decide una vez más usar la fuerza contra Ucrania, habrá sanciones aún más fuertes, incluso un precio más alto a pagar”, afirmó.
Occidente destacó que los avances de Putin en Ucrania violan innumerables acuerdos internacionales y que, al fracasar las palabras de la diplomacia, ha llegado la hora de pasar a la acción.
Las potencias occidentales han resuelto desde hace tiempo que el destino de Ucrania no merece un enfrentamiento militar directo con Rusia y la posibilidad de una guerra mundial, por lo que las sanciones eran la única y limitada opción.
“No hay límites a lo bajo que están dispuestos a caer, no hay mentiras demasiado descaradas, no hay líneas rojas que no estén dispuestos a cruzar”, indicó la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, al resumir el disgusto que se siente en América del Norte, Europa y las democracias fronterizas con Rusia, Japón y Corea del Sur.
Sin embargo, Putin siguió confundiendo al mundo con una estrategia que no dejaba en claro los alcances de una invasión, algo que provocaría la aplicación de las sanciones más graves.
Rusia aseguró que estaba enviando “fuerzas de paz” al este de Ucrania, pero el comisionado Borrell enfatizó que “tropas” rusas se encontraban en territorio soberano ucraniano. “Yo no diría que es una invasión en toda regla, pero hay tropas rusas en tierra ucraniana”, admitió Borrell.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, no se anduvo con rodeos. “Rusia ya ha invadido Ucrania. Lo hicieron en 2014, ocuparon ilegalmente Crimea y Donbás. Esta es una nueva invasión de su territorio soberano”, añadió Wallace.
Cualquiera que sea la descripción, los últimos acontecimientos fueron suficientes para obligar al bloque de 27 naciones a entrar en modo de alerta máxima, y los ministros de Relaciones Exteriores de la UE estaban por decidir ayer qué tan profundo sería un primer lote de sanciones.
Es probable que no llegue al paquete “masivo” con el que amenazaron la UE y Washington ante una invasión militar total en el territorio nacional que Kiev aún controla. “La forma en que respondamos nos definirá para las generaciones venideras”, aseguró Simonyte.
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