La República Dominicana no puede hacerse cargo de la crisis política y económica de Haití”, declaró el presidente Luis Abinader. Organizaciones defensoras de migrantes critican la obra tras considerar que provocará xenofobia
República Dominicana comenzó este domingo a levantar unos 160 kilómetros de muro en la frontera con Haití, polémico proyecto del presidente Luis Abinader, quien sostiene que la construcción ayudará a “controlar” la migración irregular y el crimen.
“Apostamos por la construcción de una verja” que “beneficiará a ambos países, porque permitirá controlar de forma mucho más eficiente el comercio bilateral, regular los flujos migratorios para combatir así las mafias que trafican con personas, hacer frente al narcotráfico y a la venta ilegal de armas, y proteger las crianzas y sembrados de los ganaderos y productores agrícolas”, dijo Abinader en un acto en la fronteriza provincia de Dajabón (noroeste).
El mandatario, quien prometió la construcción del muro hace un año en un discurso ante el Congreso, explicó que en esta primera etapa de la obra se levantarán 54 kilómetros de muro “en las áreas más pobladas y sensibles de la frontera”. Este tramo contará con 19 torres de vigilancia y 10 puertas de acceso para patrullaje.
El proyecto tendrá una inversión aproximada de 31 millones de dólares y su ejecución está prevista que dure cerca de nueve meses.
La segunda etapa, explicó el gobernante, contempla levantar 110 kilómetros de verja más.
Se cubrirían en total 160 de los 380 kilómetros de la frontera entre República Dominicana y Haití, por donde cruzan un gran número de haitianos que trabajan irregularmente en suelo dominicano, especialmente en la construcción y el comercio ambulante.
El ministro de Defensa, el teniente general Carlos Díaz, detalló que la división consistirá en un muro de hormigón armado y una estructura metálica de 3,90 metros de altura y 20 centímetros de espesor. Habrá, añadió el militar, 70 torres de vigilancia y control, así como 41 puertas para patrullaje.
Vecino en crisis
Abinader subrayó la grave crisis institucional que vive Haití desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el pasado 7 de julio.
“La grave crisis institucional y de seguridad” de Haití ha llevado a su población a “una preocupante situación de inestabilidad política y social, así como a una galopante crisis económica y alimentaria”, expresó.
Abinader reiteró que esta crisis “debe ser superada por los mismos haitianos y atendida por la comunidad internacional”, en particular Estados Unidos, Francia y Canadá, con apoyo de la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Cada vez que Haití ha sufrido una catástrofe, los dominicanos siempre hemos sido los primeros en llegar en su ayuda. Sin embargo, la República Dominicana no puede hacerse cargo de la crisis política y económica de ese país”, destacó.
Organizaciones defensoras de migrantes critican la iniciativa del muro tras considerar que provocará “xenofobia y racismo”.
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República Dominicana comenzó este domingo a levantar unos 160 kilómetros de muro en la frontera con Haití, polémico proyecto del presidente Luis Abinader, quien sostiene que la construcción ayudará a “controlar” la migración irregular y el crimen.
“Apostamos por la construcción de una verja” que “beneficiará a ambos países, porque permitirá controlar de forma mucho más eficiente el comercio bilateral, regular los flujos migratorios para combatir así las mafias que trafican con personas, hacer frente al narcotráfico y a la venta ilegal de armas, y proteger las crianzas y sembrados de los ganaderos y productores agrícolas”, dijo Abinader en un acto en la fronteriza provincia de Dajabón (noroeste).
El mandatario, quien prometió la construcción del muro hace un año en un discurso ante el Congreso, explicó que en esta primera etapa de la obra se levantarán 54 kilómetros de muro “en las áreas más pobladas y sensibles de la frontera”. Este tramo contará con 19 torres de vigilancia y 10 puertas de acceso para patrullaje.
El proyecto tendrá una inversión aproximada de 31 millones de dólares y su ejecución está prevista que dure cerca de nueve meses.
La segunda etapa, explicó el gobernante, contempla levantar 110 kilómetros de verja más.
Se cubrirían en total 160 de los 380 kilómetros de la frontera entre República Dominicana y Haití, por donde cruzan un gran número de haitianos que trabajan irregularmente en suelo dominicano, especialmente en la construcción y el comercio ambulante.
El ministro de Defensa, el teniente general Carlos Díaz, detalló que la división consistirá en un muro de hormigón armado y una estructura metálica de 3,90 metros de altura y 20 centímetros de espesor. Habrá, añadió el militar, 70 torres de vigilancia y control, así como 41 puertas para patrullaje.
Vecino en crisis
Abinader subrayó la grave crisis institucional que vive Haití desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el pasado 7 de julio.
“La grave crisis institucional y de seguridad” de Haití ha llevado a su población a “una preocupante situación de inestabilidad política y social, así como a una galopante crisis económica y alimentaria”, expresó.
Abinader reiteró que esta crisis “debe ser superada por los mismos haitianos y atendida por la comunidad internacional”, en particular Estados Unidos, Francia y Canadá, con apoyo de la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Cada vez que Haití ha sufrido una catástrofe, los dominicanos siempre hemos sido los primeros en llegar en su ayuda. Sin embargo, la República Dominicana no puede hacerse cargo de la crisis política y económica de ese país”, destacó.
Organizaciones defensoras de migrantes critican la iniciativa del muro tras considerar que provocará “xenofobia y racismo”.
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