—A mí me gustaría vivir en una isla desierta.
—A mí también.
—¡Joder! ¡Ya empezamos a llenarla!
—Mamá, en el cole me llaman despistado.
—Niño, ¡que esta no es tu casa!
—Pues entre pitos y flautas me he gastado 10.000 euros.
—¿Y eso?
—Pues ya ves, cuatro mil en pitos y seis mil en flautas.
—Cariño, creo que estás obsesionado con el fútbol y me haces falta.
—¡¿Qué falta?! ¡¿Qué falta?! ¡¡Si no te he tocado!!
—A mí también.
—¡Joder! ¡Ya empezamos a llenarla!
—Mamá, en el cole me llaman despistado.
—Niño, ¡que esta no es tu casa!
—Pues entre pitos y flautas me he gastado 10.000 euros.
—¿Y eso?
—Pues ya ves, cuatro mil en pitos y seis mil en flautas.
—Cariño, creo que estás obsesionado con el fútbol y me haces falta.
—¡¿Qué falta?! ¡¿Qué falta?! ¡¡Si no te he tocado!!