JOHANNESBURGO — Gabriel Heinze metió un gol madrugador y a Lionel Messi le sacaron varios, en un auspicioso debut de Argentina, que le ganó 1-0 a Nigeria el viernes en la Copa Mundial de fútbol.
Heinze abrió el marcador a los seis minutos de un partido en el que Diego Maradona, inusualmente vestido con traje y corbata, hizo su primera aparición como técnico de un mundial.
Argentina, con Juan Sebastián Verón moviendo los hilos, impuso su ley de ataque con las apariciones de Messi, Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín, quien en este caso no estuvo a la altura de sus dos compañeros y se mostró en general errático.
El timbre de alarma en los argentinos estuvo en la fragilidad de su defensa.
Antes de los cinco minutos Argentina tuvo dos claras acciones: primero Higuaín la mandó afuera a menos de dos metros del arco al recibir de Messi, quien poco después la empalmó por arriba de derecha y arquero Vincent Eyeama se la desvió con la punta de los dedos.
La trinchera nigeriana, que ofrecía una tenue resistencia, se quebró luego. Juan Sebastián Verón lanzó un córner y Heinze la cabeceó de palomita con una electrizante aparición para abrir la cuenta y desatar la fiesta entre los millares de argentinos en el estadio Ellis Park.
Nigeria parecía condenada a una goleada de fuste, aunque ello no ocurrió.
De a poco, los africanos se fueron recomponiendo y empezaron a inquietar por el sector derecho, donde Martín Demichelis sufría con la velocidad de Victor Obina y Chinedu Obguke, quien al promediar la etapa se perdió el empate cuando disparó rasante y apenas desviado.
Esa acción fue como una gota de agua en el desierto.
Argentina, con Tevez como nexo entre el ataque y el medio, retomó el control y pudo haber hecho un gol más: Pero el arquero Eyeama le puso candado a su arco al atajar en forma magistral sendos disparos de la Pulga Messi.
Maradona, con cuatro mundiales como futbolista, se paseaba inquieto por costado de la cancha, preocupado quizás por la cantidad de situaciones de gol desperdiciadas.
El 1-0 no era para estar tranquilo, por lo que Argentina, con más toque que claridad, salió en el complemento dispuesta a liquidar el pleito.
Pero otra vez apareció Eyeama para ahogar el grito de gol, en esta ocasión ante un disparo de Higuaín, en lo que fue una joya de contragolpe ya que los Albicelestes estaban en su propio terreno y salieron eyectados con Messi y compañía.
Los sudamericanos se llevaron un gran susto cuando Taye Taiwo capitalizó un rebote y lanzó un remate fuerte que se fue besando el poste del arquero Sergio Romero.
Doble mala suerte para Taiwo, ya que además de perderse el gol se fue lesionado en esa jugada, aparentemente con un tirón en su pierna.
Heinze abrió el marcador a los seis minutos de un partido en el que Diego Maradona, inusualmente vestido con traje y corbata, hizo su primera aparición como técnico de un mundial.
Argentina, con Juan Sebastián Verón moviendo los hilos, impuso su ley de ataque con las apariciones de Messi, Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín, quien en este caso no estuvo a la altura de sus dos compañeros y se mostró en general errático.
El timbre de alarma en los argentinos estuvo en la fragilidad de su defensa.
Antes de los cinco minutos Argentina tuvo dos claras acciones: primero Higuaín la mandó afuera a menos de dos metros del arco al recibir de Messi, quien poco después la empalmó por arriba de derecha y arquero Vincent Eyeama se la desvió con la punta de los dedos.
La trinchera nigeriana, que ofrecía una tenue resistencia, se quebró luego. Juan Sebastián Verón lanzó un córner y Heinze la cabeceó de palomita con una electrizante aparición para abrir la cuenta y desatar la fiesta entre los millares de argentinos en el estadio Ellis Park.
Nigeria parecía condenada a una goleada de fuste, aunque ello no ocurrió.
De a poco, los africanos se fueron recomponiendo y empezaron a inquietar por el sector derecho, donde Martín Demichelis sufría con la velocidad de Victor Obina y Chinedu Obguke, quien al promediar la etapa se perdió el empate cuando disparó rasante y apenas desviado.
Esa acción fue como una gota de agua en el desierto.
Argentina, con Tevez como nexo entre el ataque y el medio, retomó el control y pudo haber hecho un gol más: Pero el arquero Eyeama le puso candado a su arco al atajar en forma magistral sendos disparos de la Pulga Messi.
Maradona, con cuatro mundiales como futbolista, se paseaba inquieto por costado de la cancha, preocupado quizás por la cantidad de situaciones de gol desperdiciadas.
El 1-0 no era para estar tranquilo, por lo que Argentina, con más toque que claridad, salió en el complemento dispuesta a liquidar el pleito.
Pero otra vez apareció Eyeama para ahogar el grito de gol, en esta ocasión ante un disparo de Higuaín, en lo que fue una joya de contragolpe ya que los Albicelestes estaban en su propio terreno y salieron eyectados con Messi y compañía.
Los sudamericanos se llevaron un gran susto cuando Taye Taiwo capitalizó un rebote y lanzó un remate fuerte que se fue besando el poste del arquero Sergio Romero.
Doble mala suerte para Taiwo, ya que además de perderse el gol se fue lesionado en esa jugada, aparentemente con un tirón en su pierna.