Juan Carlos I con el recién coronado rey Salman bin Abdulaziz, durante el viaje privado que hizo a Arabia Saudí en 2015 para felicitar al que, siendo príncipe y gobernador de Riad, le prestó los primeros 100 millones de dólares sobre los que levantó su fortuna. Foto: Saudi Press
De acuerdo con el medio digital, la fortuna del rey emérito de España no se asienta en las comisiones por un porcentaje de petróleo, sino en el tráfico de armas.
El diario español Público ha revelado este domingo que el rey emérito de España, Juan Carlos de Borbón, ha promocionado a Manuel Prado y Colón de Carvajal, un amigo muy cercano, para que pida dádivas en otras monarquías o saque provecho de las relaciones económicas internacionales del Estado.
Juan Carlos de Borbón hizo a Prado y Colón embajador plenipotenciario de España, así como administrador solidario al 50% de todos sus negocios, empezando por el de la venta de armas.
En 1977, según Público, “el hoy emérito negocia la creación de una empresa conjunta hispano-saudí, supuestamente para canalizar el comercio entre los dos países: Alkantara Iberian Exports. La monarquía saudí nombró para dirigir Alkantara al magnate Adnan Khashoggi, traficante de armas cuyo holding Triad International ostentará el 50% del capital”
Juan Carlos designó a Manuel Prado como presidente de la compañía, financiada en la mitad española por el estado: el Instituto Nacional de Industria (INI) pondrá un 25% y Focex, de capitales españoles pero que opera en Panamá, el otro 25%.
Alkantara Iberian Exports se funda en Londres, el 6 de julio de 1978, como sociedad limitada con capital compartido. Borja Prado Eulate, hijo del socio y testaferro del rey, trabajó de 1980 a 1988 en Focex. Francisco Jiménez Torres, director del INI, asesoró como abogado al propio Khashoggi en operaciones comerciales internacionales. La finalidad de esta empresa, según Público, era evadir impuestos.
El 1980, el entonces presidente Adolfo Suárez viaja a Riad para conseguir petróleo saudí, pero según el diario español “la total ignorancia del idioma inglés del presidente del Gobierno no le permite desentrañar los negocios con ese país de Colón de Carvajal, al que había nombrado primer presidente de Iberia (1976-78) y después presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI, hasta 1982)”.
El consejero de la empresa Campsa, Roberto Centeno, cree que Prado se llevaba una comisión de “uno o dos dólares” por cada barril de petróleo adquirido en Arabia Saudita, y que el exministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez, le impidió en 1979 adquirir 150.000 toneladas de petróleo producido por la Kuwait Petroleum Company, puesto que “Manolo Prado es la única persona que tiene derecho a comprar petróleo en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes”, ya que era cercano al rey emérito.
Según Público, “la voluntad de Manuel Prado y de Khashoggi de hacer negocios opacos de tráfico de armas a través de Alkantara se demuestra cuando, el 13 de agosto de 1982, la registran en el paraíso fiscal de Chipre como “Compañía Limitada con registro HE18048”. Así puede operar fuera del control tanto del Gobierno saudí como del español”
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