Crossland tiene claro que su objetivo ahora es conseguir un trabajo decente, pasar tiempo con su familia, y ayudar a otros en su misma condición. Foto: captura / Clarín
El acusado tuvo que representarse a sí mismo en las audiencias judiciales, ya que los abogados se negaron a defenderlo. Intentó revocar el veredicto nueve veces, pero siempre lo rechazaron.
El estadounidense Curtis Crossland fue condenado a cadena perpetua por asesinato en 1984. Después de 34 años preso, la Justicia lo dejó en libertad tras comprobarse que había sido inculpado con acusaciones falsas de testigos que fueron obligados a hacerlo y evidencias fraudulentas, informa The Philadelphia Inquirer.
El jueves 24 de junio, Crossland, de 60 años y padre de cinco hijos, fue liberado de la Institución Correccional Estatal de Phoenix en el condado de Montgomery. “Regresé a casa después de 34 años. Me han exonerado”, sostuvo el hombre al llegar a su casa.
Crossland es la persona número 21 en ser exonerada con el apoyo de la Unidad de Integridad de Convicciones, un departamento dentro de la Oficina del Fiscal de Distrito de Filadelfia. Este grupo conformado por abogados, investigadores y especialistas forenses estudian los casos en los que existe sospecha de una condena injusta.
Policía ocultó las pruebas
En la década de los 80, Il Man Heo, un comerciante del sur de Filadelfia, fue asesinado a tiros durante un robo a mano armada en su tienda. Crossland fue declarado culpable del homicidio y las autoridades ordenaron la pena máxima en prisión.
No obstante, el acusado tuvo que representarse a sí mismo en las audiencias judiciales, ya que los abogados se negaron a defenderlo. Intentó revocar el veredicto nueve veces, pero siempre lo rechazaron.
A lo largo de los 34 años que estuvo encarcelado, el hombre presentó infinidad de pruebas para respaldar su inocencia: presentó tres testigos presenciales del crimen que afirmaron que él no era el asesino y un testigo que dijo que sabía quién era el homicida.
Se descubrió que la Policía obligó a testificar contra Curtis e incluso amenazaron a los testigos con encarcelarlos si se negaban.
De regreso a casa
Tras una segunda investigación del caso, un tribunal de EE. UU. ordenó la liberación de Crossland y la oficina del fiscal retiró todos los cargos en su contra. El último jueves salió de prisión y llegó a su casa vistiendo ropa de calle por primera vez en 34 años.
La familia de la víctima también agradeció la liberación de Crossland. El hijo del asesinado, Charles Heo, de 50 años, recordó que cuando era adolescente tradujo para su madre el juicio a coreano: “Nos dijo: ‘Tenemos al tipo’. Y le creímos. Y era todo mentira”.
Comprometido con su novia de la infancia Jackie Gray, Crossland tiene claro que su objetivo ahora es conseguir un trabajo decente, pasar tiempo con su familia, y usar su conocimiento legal ganado con tanto esfuerzo para ayudar a otras familias de hombres inocentes que conoció en prisión.
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