Sitges fue esta vez el epicentro de las pruebas nocturnas realizadas por España en un intento por retomar esta actividad, afectada por la pandemia de coronavirus. Foto: AFP
“Queremos que la ciudadanía, la sociedad, pueda disfrutar también de la noche y del ocio nocturno”, afirmó una alcaldesa en España. Hasta 400 metros fueron cerrados para este ensayo.
Copas, bailes, música a todo volumen, aunque sea por unas horas, la jubilosa calle del Pecado de la ciudad de Sitges (España) recuperó su ambiente prepandémico durante un ensayo para reabrir el ocio nocturno de forma segura ante la COVID-19.
Durante cuatro horas en la noche del jueves al viernes, en esta festiva villa costera cercana a Barcelona, los bármanes volvieron a agitar sus cocteleras y las pistas se llenaron de jóvenes y no tan jóvenes bailando sin distancias al ritmo de la música electrónica, mientras que en la barra se iban acumulando las copas vacías.
Solo las mascarillas quirúrgicas o FFP2 que los 405 participantes del ensayo podían quitarse al beber o fumar recordaban la permanencia de un virus que ha apagado la animada vida nocturna española.
“Cuando vi que había una oportunidad de por fin salir de fiesta, no lo pensé dos veces (...). Salí por última vez en marzo de 2020. Desde entonces estoy encerrada. Ahora parezco universitaria, con ganas locas de salir en jueves”, reconocía a la AFPTV Núria Miralpeix, directora financiera de 38 años.
Personas de todas las edades aprovecharon la oportunidad para revivir lo que podía ser una noche habitual antes del coronavirus SARS-CoV-2. Foto: AFP
Personas de todas las edades aprovecharon la oportunidad para revivir lo que podía ser una noche habitual antes del coronavirus SARS-CoV-2. Foto: AFP
Según la organización, de las 500 solicitudes recibidas, el ayuntamiento de Sitges seleccionó 405 voluntarios y alrededor de medio centenar de trabajadores y personal de seguridad de los locales a los que se les sometió a un test de antígenos unas horas antes de comenzar el evento, de los cuales, ninguno dio positivo.
“Es un poco light, son pocas horas, pero se tiene que aprovechar”, explicaba Edgar, estudiante de 37 años.
Todos ellos se sometieron horas antes a un test de antígenos de COVID-19. Y cinco días después, tiempo durante el que les piden respetar las indicaciones sanitarias, deberá pasar otro para estudiar si hubo contagios.
El evento supone un fugaz soplo de oxígeno para los propietarios de los locales de fiesta, cerrados en esta región de España desde marzo de 2020, con un breve paréntesis entre junio y julio.
“Ha sido una época muy complicada, porque hemos estado más de un año cerrados (...). Hacemos esta prueba para demostrar que el ocio nocturno es seguro”, decía Miriam Morató, propietaria de 48 años del bar Las Vegas.
Organizado por el ayuntamiento y las autoridades sanitarias regionales, para el ensayo se cerró 400 metros de esta popular arteria de ocio, apodada ‘calle el Pecado‘ cuando en pleno franquismo empezó a acoger desenfrenadas fiestas, tolerantes con la entonces perseguida comunidad homosexual.
El objetivo “es reactivar este sector económico que lleva más de un año cerrado, que la gente pueda volver a trabajar”, señaló la alcaldesa de Sitges, Aurora Carbonell.
“Queremos esta recuperación económica del ocio nocturno, un sector económico que lleva muchísimo tiempo cerrado, queremos que los trabajadores puedan volver a abrir y puedan volver a trabajar y por otro lado queremos que la ciudadanía, la sociedad, pueda disfrutar también de la noche y del ocio nocturno, porque es muy necesario en estos tiempos”, dijo Aurora Carbonell.
España llegó a ser uno de los países más golpeados por la pandemia de coronavirus, con un confinamiento muy severo en todas las comunidades autónomas. En el sector estuvieron obligados a cerrar alrededor de 5.000 clubes nocturnos.
“Para nosotros hoy es una gran noche y esperamos que todo salga de la manera más positiva posible, porque queremos que se recupere el ocio nocturno no solo en Sitges, sino en todo el país”, añadió la alcaldesa.
En marzo, Cataluña también fue escenario de otro ensayo de este tipo, cuando unas 5.000 personas pudieron asistir a un concierto del grupo musical Love of Lesbian en Barcelona. Según sus organizadores, la asistencia a este concierto no provocó contagios.
Con información de AFP y EFE
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