los gatos son pasivo-agresivos, inabordables emocionalmente, y son conocidos por su independencia. Y, aún así, son una de las mascotas más populares.
Hay una relación evolutiva para esta tensa relación. Los gatos, al fin y al cabo, siguen siendo salvajes en muchos sentidos. «A diferencia de los perros, los gatos en realidad solo están semidomesticados», cuenta a Wes Warren, profesor de genética de la Universidad de Washington y coautor del primer mapa completo de los felinos domésticos, según recoge «The Atlantic».
Comparando las diferencias de ADN entre los felinos domésticos y los salvajes, Warren y sus colegas encontraron que las mayores diferencias está en los patrones de pelaje y en la docilidad. Y, los que menos, en los que influyen en el comportamiento, como la respuesta al miedo o la búsqueda de recompensas.
El origen de esta divergencia comenzó hace 9.000 años, cuando los humanos comenzaron a cultivar la agricultura. Los gatos salvajes comenzaron a acercarse a los humanos, que, como veían que auyentaban a los roedores, empezaron a recompensarlos con comida. Según la hipótesis de los investigadores, esos primeros agricultores tenían interés de que los pequeños felinos estuvieran a su alrededor.
Acostumbrados a los humanos
«La docilidad viene como resultado de haberse acostumbrado a los humanos de recibir comida como premio», según los investigadores. La pregunta es por qué no se han hecho más amistosos en estos nueve mil años. Los gatos están más cerca de los carnívoros: son capaces de detectar el movimiento de su presa, tiene visión nocturna, una dieta rica en grasas y proteínas. Esto significa que, a diferencia de los perros, sus genes no han evolucionado para hacerse más dependientes de la comida de los humanos.
Esto demuestra la escasa influencia de la domesticación en la genética de los gatos, en comparación con el caso de los perros, según los investigadores. De hecho, según una reciente investigación sobre el genoma canino, los perros ya eran el mejor amigo del hombre cuando éramos cazadores, hace entre 11.000 y 16.000 años. Su dieta omnívora se desarrolló en paralelo a la evolución de los humanos al estilo de vida agrario.
¿Por qué los gatos siguieron siendo salvajes? La teoría de los investigadores es que las comunidades de gatos continuaron conviviendo con otros gatos salvajes, a pesar de rondar a los humanos. La verdadera moda de los humanos de convivir con ello no tiene mucho más de dos siglos.
Vinieron por los ratones, se quedaron por los restos de comida y rondaron cerca de los graneros. No solo es que los gatos sean salvajes en mayor parte, sino que queda mucho para domesticarlos.
Fuente: ABC.es
EAhttp://informe21.com/ciencia-y-tecnologia/%C2%BFpor-que-no-deberias-confiar-en-tu-gato
Hay una relación evolutiva para esta tensa relación. Los gatos, al fin y al cabo, siguen siendo salvajes en muchos sentidos. «A diferencia de los perros, los gatos en realidad solo están semidomesticados», cuenta a Wes Warren, profesor de genética de la Universidad de Washington y coautor del primer mapa completo de los felinos domésticos, según recoge «The Atlantic».
Comparando las diferencias de ADN entre los felinos domésticos y los salvajes, Warren y sus colegas encontraron que las mayores diferencias está en los patrones de pelaje y en la docilidad. Y, los que menos, en los que influyen en el comportamiento, como la respuesta al miedo o la búsqueda de recompensas.
El origen de esta divergencia comenzó hace 9.000 años, cuando los humanos comenzaron a cultivar la agricultura. Los gatos salvajes comenzaron a acercarse a los humanos, que, como veían que auyentaban a los roedores, empezaron a recompensarlos con comida. Según la hipótesis de los investigadores, esos primeros agricultores tenían interés de que los pequeños felinos estuvieran a su alrededor.
Acostumbrados a los humanos
«La docilidad viene como resultado de haberse acostumbrado a los humanos de recibir comida como premio», según los investigadores. La pregunta es por qué no se han hecho más amistosos en estos nueve mil años. Los gatos están más cerca de los carnívoros: son capaces de detectar el movimiento de su presa, tiene visión nocturna, una dieta rica en grasas y proteínas. Esto significa que, a diferencia de los perros, sus genes no han evolucionado para hacerse más dependientes de la comida de los humanos.
Esto demuestra la escasa influencia de la domesticación en la genética de los gatos, en comparación con el caso de los perros, según los investigadores. De hecho, según una reciente investigación sobre el genoma canino, los perros ya eran el mejor amigo del hombre cuando éramos cazadores, hace entre 11.000 y 16.000 años. Su dieta omnívora se desarrolló en paralelo a la evolución de los humanos al estilo de vida agrario.
¿Por qué los gatos siguieron siendo salvajes? La teoría de los investigadores es que las comunidades de gatos continuaron conviviendo con otros gatos salvajes, a pesar de rondar a los humanos. La verdadera moda de los humanos de convivir con ello no tiene mucho más de dos siglos.
Vinieron por los ratones, se quedaron por los restos de comida y rondaron cerca de los graneros. No solo es que los gatos sean salvajes en mayor parte, sino que queda mucho para domesticarlos.
Fuente: ABC.es
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