Los colonizadores que acompañaron a Cristóbal Colón en su segundo viaje al Nuevo Mundo se enfrentaron a muchos obstáculos. Hoy en día, los científicos mexicanos han encontrado una carga adicional: el escorbuto.
Cuando Colón y sus acompañantes llegaron a las Américas, a la isla que denominaron 'La Española', donde el Almirante de la Mar Océana había dejado a cerca de 40 hombres en su viaje de 1492, encontró a todos esos hombres muertos, tal vez asesinados por los taínos.
Después de un escorbuto sostenido, los miembros de la tripulación quedaron muy, muy, muy débiles
Así que las naves zarparon de nuevo y pasaron un mes en el mar antes de llegar al lugar que se convertiría en La Isabela, fundada en 1494. "Por eso el viaje resultó especialmente largo: tres meses. Es exactamente el tiempo que el escorbuto necesita para entrar en plena floración", dice la autora del estudio, Vera Tiesler, de la Universidad Autónoma de Yucatán, en México.
Su equipo analizó 20 esqueletos del cementerio de La Isabela y encontró marcas óseas, típicas del escorbuto, causadas por la deficiencia de vitamina C, que resulta en dolor, fatiga debilitante y pérdida de dientes. "Después de un escorbuto sostenido, los miembros de la tripulación quedaron muy, muy, muy débiles", dice Tiesler, citada por 'USA Today'.
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